Coronavirus y su impacto en los homicidios y la violencia en América Central

25 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

Coronavirus y su impacto en los homicidios y la violencia en América Central

simon vargas

“Pidamos ser constructores de paz, que allá donde haya odio y resentimiento, pongamos amor y misericordia” Papa Francisco

Hace poco más de seis meses que el COVID-19 comenzó su intervención en la cotidianidad del mundo, y desde entonces aquellas acciones que considerábamos no sólo normales sino naturales como caminar una tarde en el parque, hacer ejercicio por las mañanas o saludar de mano y beso se han convertido en armas en sí mismas.

Los escenarios en diferentes partes del mundo poco a poco se han convertido en panoramas cada vez más sombríos, hemos sido testigos de ciudades desiertas, de establecimientos cerrados y de familias confinadas completamente sin contacto con el exterior durante días.

Si bien es cierto que los científicos y el personal de salud han combatido con ahínco y tenacidad un virus que se convirtió vertiginosamente en la pesadilla de la humanidad, aún el coronavirus continúa afectando a millones de personas y causando la muerte de miles por día.

Actualmente aún es difícil que imaginemos una nueva normalidad, donde la distancia social y el aislamiento se transformen en un modelo naciente, incluso en el reporte de la Facultad de Medicina del Imperial College de Londres denominado: Impacto de las intervenciones no farmacéuticas (NPI) para reducir la mortalidad por COVID-19 y la demanda de asistencia sanitaria se menciona que la mejor estrategia para frenar la pandemia requiere del confinamiento durante dos de cada tres meses y que incluso el mes que se pueda salir las normas sociales deberán cambiar drásticamente.

Sin embargo, debemos admitir que a pesar de que el aislamiento impuesto ha conllevado diferentes problemáticas, también ha logrado que de acuerdo a datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito se interrumpa el tráfico internacional de heroína más que el de cocaína, lo anterior como resultado de una mayor dependencia de los envíos terrestres para la primera y marítimos para la segunda; aunque desafortunadamente, no ha repercutido en la disminución del número de muertes causadas por la delincuencia organizada y por la violencia de las pandillas.

Es así como el estudio denominado: How COVID-19 is changing the world: a statistical perspective presenta dos puntos importantes, el primero sugiere que la información preliminar sobre homicidios arroja que las medidas de bloqueo apenas han afectado la violencia en países con altos niveles de homicidio, tal es el caso de Honduras y México, sin embargo, en países con un bajo nivel de homicidios como Guatemala la intensidad de las medidas de bloqueo parecen haber logrado una reducción drástica de la violencia.

Así mismo el reporte indica que en Europa occidental y en los Estados Unidos, se produjo una fuerte disminución de la mortalidad causada por actos violentos, y también muestran que las estrictas medidas de aislamiento provocaron una importante reducción de los niveles de homicidio; incluso a modo de ejemplo se habla sobre el duro régimen de confinamiento aplicado en Italia el cual dio lugar a un esencial decrecimiento de los niveles de homicidio.

Tristemente, en nuestro país, la violencia no da tregua ya que, durante el mes de marzo, de acuerdo al documento: Víctimas reportadas por delito de homicidio (Fiscalías Estatales y Dependencias Federales) publicado diariamente por el gabinete de seguridad se tuvieron 2,585 víctimas; es decir un promedio de 83 diarias, número más alto desde junio de 2018, así mismo, en abril la cifra ascendió a 2,492 y hasta los 18 días contabilizados de mayo se tiene un registro de 1,452; lo que parece indicar que el promedio continuará igual.

Incluso, cinco días después del 24 de marzo cuando se instauró la fase dos en México, se reportaron 472 homicidios, es así como a pesar del confinamiento originado por el coronavirus, un alto nivel de control social y la aplicación de medidas de asistencia social la violencia no se ha reducido y los niveles continúan con números similares he incluso al alza.

Nos encontramos en momentos complicados y el camino por recorrer aún se vislumbra insondable; sigamos siendo solidarios, generosos y empáticos, replantemos nuestros objetivos y enfoquémonos en un mundo libre de estas dos pandemias, el COVID-19 y la violencia.