El dolor más grande es el de la muerte de las tres personas y muchos heridos en Cuajimalpa. Dos de ellos bebes que muy probablemente no tuvieron conciencia de su tragedia; que hacía poco conocieron la luz pero que no pudieron concretar una vida larga, productiva y quizá feliz, porque la negligencia, el absurdo, el descuido, el mal hacer las cosas, ‘al aventón’, que se dice, pero en particular la falta de cuidado tanto de la empresa como del gobierno del DF se los impidió.
A las 7.09 de la mañana del jueves 29 de enero una explosión producida por la fuga de gas de un camión distribuidor del combustible de la empresa Gas Express Nieto nos hizo recordar la larga historia de errores humanos que cuestan vidas en condiciones trágicas.
Y el error humano no sólo es –muy probablemente- de quienes operaban la unidad porque no se tuvo el cuidado de supervisar el estado de las conexiones y mangueras; también de los supervisores de la empresa y también de las autoridades del gobierno del DF, que tienen bajo su responsabilidad el cuidado de que estas empresas gaseras y que sus operarios lleven a cabo su trabajo con mucho rigor y extremadamente meticuloso. Por ahora el único detenido es el chofer de la unidad de gas que causó el siniestro.
Así que ahí está la consecuencia. Una tragedia que nos conmociona no sólo por su magnitud y estruendo, también porque uno de los elementos –el fuego- salió de control y también porque el lugar en el que ocurrió la conflagración era en un hospital, el Materno Infantil de Cuajimalpa, en donde estaban madres con sus hijos, bebes internados, y gente que acude ahí porque quiere sanar; quiere vivir... Y estaban los responsables de darles salud...
El gobierno del DF se cura en su propia salud y dice que ahí se siguieron todos los protocolos de seguridad, pero que el problema fue la fuga de gas. Es decir, que la protección civil que se exige a toda institución pública y muy particularmente a los hospitales de la capital –dice el señor Miguel Ángel Mancera- funcionan bien, porque de no haber sido así, “la tragedia –agrega- hubiera sido mayor...” Está bien. Habría que comprobarlo mediante peritajes federales o externos, para garantizar la veracidad de sus resultados.
La empresa distribuidora del gas, es una compañía, digamos, ‘muy mal averiguada’. Y aun así el gobierno del Distrito Federal mantenía un contrato de abastecimiento para oficinas u hospitales públicos de la capital. Dice el señor Mancera que el contrato con esta empresa viene de 2010, un poco para endosar el origen de la contratación a la administración del ahora tan cuestionado Marcelo Ebrard... pero...
No dice que estos contratos deben verificarse de forma regular para mantener la garantía tanto de calidad, como de precio y abastecimiento con los rigores de seguridad. ¿Entonces desde 2010 no habían atendido la supervisión técnica y la revisión contractual?... ¿Por qué? ¿Quién es el responsable de esta supervisión desde el gobierno del DF?...
Sobre todo si ya sabían que –lo dicho- esta empresa contaba ya con un pasado ‘oscuro’ según se sabe ahora:
En un reporte de Marcos Muedano, Lilia Saúl... En El Universal, anotan: Que Gas Express Nieto –que se fundó en 1939 por Raúl Nieto Gómez en Celaya, Guanajuato- y que antes de lo ocurrido en Cuajimalpa ya había tenido accidentes trágicos:
Que en julio de 2014 una de sus pipas hizo explosión en Querétaro y cobró tres vidas y una sanción de Profeco... El 18 de julio de 2013 otra pipa volcó en el kilómetro 19 de la autopista México-Puebla. En diciembre otra unidad se volcó en la carretera a Chapala. En diciembre de 2012 otra unidad chocó contra un poste de luz en la delegación Magdalena contreras, en el DF. Este incidente originó una evacuación de habitantes y menores que se encontraban en un jardín de niños.
Que en abril de 2010 una de sus pipas se impactó en contra de un tráiler en la carretera Culiacán-El Dorado: dos empleados perdieron la vida. Ese mismo año, en septiembre, uno de sus vehículos chocó contra un tráiler en la carretera federal Xalapa-Tamarindo, dejando una persona muerta y otra herida; en 2009 la empresa fue sancionada por la Profeco; en abril de 2008 un vehículo suyo volcó en la carretera Tarimoto-La Moncada, en Guanajuato.
‘Que en 2006 la empresa fue vinculada con la familia Bibriesca Sahagún’.
Esta empresa obtuvo contratos millonarios de 2010 a la fecha con dependencias del gobierno federal y capitalino. No es muy difícil imaginar por qué y cómo obtuvo contratos permanentes y por qué muchos no hacían lo debido para garantizar su cuidado extremo.
Ocurrió la tragedia. La de los bebes muertos y un adulto. La de la destrucción. Y también se expone, a la vista, al portador, la tragedia mexicana, la cotidiana, la de arreglo, la de la vista gorda, la de la negligencia, la de la autodefensa, la de repartir contratos “benéficos para todos” y la de culpar a otros de las culpas propias.
Ahora iniciarán los protocolos. El gobierno del DF anunciará que se revisará a todas las empresas gaseras, distribuidores, camiones, pipas, capacitación a trabajadores... ¿contratos?...
Y todo eso que ya no dirá nada a los bebes que murieron el 29 de enero de 2014 en Cuajimalpa, Distrito Federal cuando hubo una explosión por gas en la clínica de salud en donde estaban porque debían vivir.