¿Cuál parece ser la mayor amenaza ambiental mundial?

18 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

¿Cuál parece ser la mayor amenaza ambiental mundial?

simon vargas

“La suprema realidad de nuestro tiempo es la vulnerabilidad de nuestro planeta.” J. F. Kennedy

En los últimos meses la difícil situación a la que continuamos enfrentándonos a raíz de la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2, ha ocupado una gran parte de la agenda nacional y mundial, sin embargo, también es necesario que se aborde, nuevamente, un tema que desde hace al menos cinco años no sólo ha sido evidente, sino que día con día es cada vez más preocupante: la sostenibilidad del medio ambiente.

Es cierto que desde 2015 en los Objetivos de Desarrollo Sostenible se planteó el grave problema al que nos enfrentamos y es que dicha situación de forma insólita tiene muchos vértices, ya que al menos de los 17 ODS, 8 tienen que ver con afectaciones a la tierra y al medio ambiente, por lo que el tópico se ha convertido en un tema de urgencia extrema.

Si bien, factores como las emisiones provocadas por grandes industrias, la contaminación generada por el transporte, el derroche de energía, la deforestación y un sistema alimentario no sostenible, han hecho que nuestro planeta se enfrente a una situación difícil de contener, a esto, hay que anexar un elemento de vital importancia: la generación excesiva de residuos.

Y es que de acuerdo a la investigación denominada Scientists’ warning on affluence publicada en la revista científica de acceso abierto Nature Communications, los científicos concluyeron que detener el consumo excesivo debe convertirse en una prioridad ya que la verdadera sostenibilidad exige cambios significativos en el estilo de vida, en lugar de esperar que baste con un uso más eficiente de los recursos.

El conflicto medular no viene de la riqueza en sí, sino del uso que se ha dado a los recursos económicos y naturales, ya que en una sociedad cada vez más consumista muy pocas veces el dinero se ocupa para ayudar a otros, o bien para brindar apoyo a quién lo requiere, sino que por contrario es enfocado en compras y principalmente de tecnología.

Aquí quisiera hacer mención de una paradoja importante y digna de análisis, ya que si bien durante años se ha esperado que la tecnología sea la que brinde a la humanidad un respiro con respecto a nuestra aparente fecha límite: 2050, en donde los pronósticos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dicen que si la degradación del medio ambiente natural y las presiones insostenibles sobre los recursos hídricos mundiales continúan al ritmo actual, el 45% del PIB global, el 52% de la población mundial y el 40% de la producción mundial de cereales estarán en riesgo para esta fecha; también el uso y deshecho excesivo de tecnología, se ha convertido en uno de los graves problemas a combatir; es decir, este importante factor ha dejado de ser el componente que nos pueda salvar para sin notarlo transformarse en (quizá) un adversario difícil de vencer.

Las cifras son severas y no dejan espacio para las dudas, el World Economic Forum menciona que generamos más de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos por año, y que a pesar de que un 90% de las partes de los productos que usamos diariamente como televisores, computadoras o refrigeradores son reutilizables, solo el 20% de los desechos electrónicos en el mundo se recicla.

La huella que cada ser humano deja sobre la tierra, no sólo se aplica en sentido metafórico, sino que es notable y, sobre todo excesiva; como ejemplo tenemos el celular, buscamos cambiar de modelo al menos una vez cada dos años, cuando de acuerdo a la Royal Society of Chemistry éste contiene 30 elementos químicos diferentes, entre los cuales se encuentran el tántalo, el itrio, el galio y el indio, que podrían agotarse en 100 años; pero además una sola batería de teléfono es capaz de contaminar hasta 675,000 litros de agua.

Actualmente el COVID-19 se ha catalogado como la mayor amenaza mundial, pero la generación excesiva de recursos podría ser un riesgo que se perfila como un factor complicado de detener, porque su peligrosidad esta disimulada e incluso en muchas ocasiones justificada.

Es realmente necesario que dejemos de lado la economía lineal: producir, utilizar y tirar; y que por el contrario analicemos y fomentemos una economía circular donde el sistema de aprovechamiento sea mayor, los componentes utilizados puedan volver a la naturaleza sin tantos daños ambientales y donde se empiece a percibir que reutilizar incluso es más rentable que crear.