No dejan de extrañarse en Washington por los mensajes del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el Capítulo 8 del Tratado de América del Norte, donde dice que defiende la soberanía de México.
La extrañeza, dicen los que saben, no es porque no haya menciones al respecto en ese capítulo, sino porque el diferendo se refiere a las inversiones, y eso, agregan los bien enterados, no tiene nada que ver con la soberanía, sino con el respeto a las leyes y al propio acuerdo.