Ante el escenario que muestra a Andrés Manuel López Obrador en la delantera de las encuestas, los observadores mexicanos se han cuestionado qué lado del candidato de Juntos Haremos Historia, si el radical que amenaza con gastar mucho, detener la privatización de la economía del petróleo y que se asemeja a Hugo Chávez; o el moderado que fue el gobierno de la Ciudad de México en los noventas y que trabajó bien con el sector privado. El Global Emerging Markets Team se cuestiona lo anterior, y señala que si López Obrador es menos radical que el peor escenario, los activos de México podrían crecer. Este cuestionamiento surge ante el temor que causa el que las renegociaciones del TLCAN han llevado el peso a niveles cercanos a la Crisis del Tequila de 1994. El análisis señala que el AMLO podría cosechar los frutos de la reforma sembrada por el presidente Enrique Peña Nieto, por lo que no deberá realizar experimentos radicales, o cometería suicidio político. Dicen que Peña Nieto, antes de verse rodeado de escándalo, parecía, en teoría, como un pionero de las reformas. “Impuso una nueva disciplina en el proceso del presupuesto, acabó con el monopolio de las telecomunicaciones, logró contender el poder del sindicato de maestros y, sobre todo, abrió el sacrosanto sector petrolero a la inversión privada local y extranjera. Por lo que consideraron difícil que cualquier candidato que tome el poder, su primera acción sea la de detener la privatización de los campos petroleros en momentos en que “están a punto de convertirse en la gallina de los huevos de oro”. Indican que los enfrentamientos entre AMLO y Trump en Twitter han provocado la caída del peso, y ahora es una de las monedas más baratas de los mercados. López Obrador prometió, de llegar al poder y ser menos radical de lo que la gente teme, la inversión privada puede seguirlo.
25 de Abril de 2024