Don Luis Videgaray Caso:
Vamos al grano. La gente no te quiere. A la gente no le gustas. Y es de esperarse. Le cobras más impuestos a los que ya pagan desde hace tiempo y la facturación electrónica ⎯que heredaste⎯ es peor que el herpes.
Y seamos claros: lo anterior te descarta, casi en automático, de la carrera presidencial. Ni para qué darle vueltas. Aunque le inviertas en asesores de imagen o en medios de comunicación, la gente no te va a querer porque de hecho, eres el malo de la historia.
Sí, tu vienes a decir las cosas como son en un lugar donde nos gusta ponerle diminutivos a las fregaderitas para hacerlas mas cariñositas o menos espantositas. Pero eso ya lo sabías, ¿no?.
Por si fuera poco, seamos netos, eres la antítesis del Robin Hood, el Sheriff de Nottingham de este país. Ni para qué negarlo. Y ni para qué negar que te has hecho de enemigos de más. ¿Te creías en la carrera a la grande? ¡Ja!
Pero mira, no soy experto en mercadotecnia política ni tienes porqué leerme. Soy solamente bastante mayor y un viejo lobo de mar. Vaya, no sé ni usar bien las redes sociales, aunque me esfuerzo en conocerlas. Y no, no tengo mayores estudios. A duras penas alcancé a terminar la prepa, así que soy más común que corriente. Pero reconozco hablando de corrientadas, que el sentido común es el menos común de los sentidos y d’ese, me sobra un poquito.
Así que por este medio, te voy a brindar ⎯gratis⎯ lo que ninguno de tus carísimos asesores te han dado como respuesta para poderte reincorporar a la carrera presidencial, ahora que Manlio salió tan mal. Eso, tal y como se escucha. Porque detrás de toda gran derrota viene una gran oportunidad que nadie ha visto. Y tienes dos opciones, la primera es pactar mantenerte en el gobierno que viene y tratar de construirte por años a ver si la gente cambia de opinión de ti, la segunda opción, es meterte de lleno en la competencia.
¿Cómo? Fácil. En realidad es muy fácil. ¿Estoy loco? Quizás un poco, pero esto es receta infalible. Te explico con todas sus letras: la gente está harta de las tranzas. Fastidiada. Mortificada. Enfadada. Ya estuvo bueno de Duartes, de Medinas, de los Aguirres, de los Abarca, de los Moreira, de los Vallejo, de los Granier, de los Salazar y de un grande etcétera. Y se los mostró la gente en las elecciones: solo sirven para transar, cambiamos. No sirven para transparencia, cambiamos. ¿ya lo viste claro?
Ahí mero en la debilidad de otros, está tu fortaleza. Sí, tu tienes toda la información y la información, es poder. ¿Comprendes? Vieja receta del poder. Tu sabes en qué cuentas entra la lana pagada a cada Estado y sabes también, a qué cuentas se mueve ese recurso y a qué se dedica. Tu sabes que si entra por el predial o la federación, cuánto sale por sueldos, cuanto por efectivo, cuanto por obra pública. ¿me entiendes ya?
Así, con eso, puedes pasar de ser sheriff malvado, al Eliot Ness del sistema. No es poca cosa, ¿eh?
Puedes ser el héroe que combate la impunidad. Imagina llevar a la cárcel a todos los gobernadores que han transado gravemente. Serías el justiciero vengador. Serías el tlatoani que todo mexicano clama. No importaría nada más si le pones un alto a la impunidad y a los atracos de los grandes políticos, y usas sus billonarias cuenta para combatir la pobreza. Serías un héroe. Si aumentas la base grabable y frenas el terrorismo fiscal de los que ya pagan, te convertirías en superhombre. Eso te daría suficiente poder popular para ser presidente. Te digo, de Sheriff de Nottinghman a Eliot Ness.
Ahora te lo pregunto muy en serio: ¿te atreves?