Dos terceras partes del territorio nacional están en “riesgo constante” de experimentar actos violentos, con casos más severos como Colima, donde el peligro es “extremo”.
Ese es el diagnóstico que arroja sobre México el Índice de Volatilidad y Previsibilidad del Riesgo (IVPR), elaborado por el Proyecto de Datos sobre Ubicación de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés), que analiza los niveles de violencia a escala subnacional y emite alertas sobre entornos donde las cosas se pueden salir de control.
De acuerdo con el IVPR, hasta el 29 de julio en el mundo había 38 zonas de “riesgo extremo”, entre las cuales está Colima, entidad que ocupa el primer lugar de incremento de homicidios dolosos en México al comparar el primer semestre de 2021 con el de 2022, con 104% de aumento.
También están ocho ciudades de Ucrania, siete de Myanmar (donde recientemente hubo un golpe de Estado), nueve de países africanos que atraviesan por guerras civiles (Sudán, República Democrática del Congo, Etiopía y Burkina Faso), así como tres de Colombia (Antioquia, Bolívar y Santander) y dos de Brasil (Alagoas y Pará).
En la metodología de IVPR, una región es considerada como de “riesgo extremo” cuando en el último año ha acumulado seis o más semanas con hechos violentos por arriba del promedio.
En el caso de Colima, que en lo que va del año ha reportado 742 homicidios dolosos (contra 363 del mismo periodo del año pasado), la violencia se desató debido a la fractura de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación, cuando uno de sus grupos aliados, Los Mezcales, se separó y le disputó el territorio, de acuerdo con reportes de la prensa local.
Desde entonces, en lo que va de 2022, esa batalla se ha librado principalmente en la ciudad de Colima y en Villa de Álvarez, donde casi a diario aparecen cadáveres en las calles, bolsas con restos humanos, negocios baleados, mensajes amenazantes y secuestros.
En el IVPR, la segunda escala es “riesgo constante”, la cual revela que la incidencia de hechos violentos se mantienen en un promedio alto, pero sin rachas que indiquen que la conflictividad suba o decrezca.
En esta situación se encuentran 23 entidades del país, donde la ocurrencia de conflictos es más elevada en Michoacán, Guanajuato, Nuevo León, Zacatecas, Morelos, Baja California, Guerrero, Jalisco, Sonora y Veracruz.
El Índice de Volatilidad y Previsibilidad de Riesgos fue diseñado por ACLED como parte de sus sistema de alertas tempranas y facilitar a los gobiernos la gestión de riesgos.
Los índices de violencia se calculan con base en el número de enfrentamientos armados, eventos con explosivos, violencia remota, agresiones contra civiles y disturbios, así como hechos donde se utiliza fuerza excesiva contra los manifestantes en una protesta ciudadana.
En este esquema, para finales de julio, sólo había ocho entidades que tienen una estabilidad social más duradera: Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila, Durango, Nayarit, Querétaro, Tlaxcala y Yucatán.
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