El camino de la televisión

24 de Abril de 2024

El camino de la televisión

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La primera emisión en México cumple 70 años; en este lapso han ocurrido cambios sociales, económicos, pero principalmente tecnológicos, que van del uso de bulbos hasta las sofisticadas pantallas con potentes fuentes de luz

En México, la televisión llegó en 1939, de la mano de Guillermo González Camarena, aquel estudiante de 17 años que gustaba de hacer muchos experimentos, hasta que logró diseñar su propio sistema de televisión. Un año después, el 19 de agosto de 1940, obtuvo la patente de su invento en México y Estados Unidos.

En ese momento, los rumores de que una pantalla similar a la del cine se haría pequeña y en algo parecido a una caja, podría colocarse en casa para ver la transmisión de imágenes, resultaba, para la gran mayoría, imposible de creer, pero también económicamente inalcanzable. Era un México que luchaba contra el analfabetismo y la desigualdad.

El primer canal comercial de televisión en México y América Latina se
inauguró el 31 de agosto de 1950; un día después, el 1 de septiembre, se transmitió el primer programa, con la lectura del Cuarto Informe de Gobierno del presidente Miguel Alemán Valdés, a través de la señal de XHTV-TV Canal 4 de la familia O’Farrill.

Cuando comenzaron a venderse en las tiendas los enormes muebles de madera con pantalla que sólo tenían pocos canales con imágenes en blanco y negro, se les veía como un artículo de lujo. Así que ver la televisión en los escaparates de las tiendas o asomándose entre las puertas de restaurantes para poder seguir alguna transmisión resultó, por varios años, algo común en las calles de la ciudad.

Desde el principio comenzó el desarrollo de este invento, primero con la fusión de tres canales para dar paso al Telesistema Mexicano que posteriormente, en 1973, se convirtió en el consorcio Televisa.

Jugador social

Hacia mediados del siglo XX, los avances de la ciencia y de la tecnología permitieron que las relaciones entre los diferentes lugares del mundo se hicieran cada vez más cercanas a través de dos medios de comunicación: la radio y la televisión.

Pero la televisión es tal vez la que imprimió el toque completo de modernidad al siglo XX, al estar vinculada con las clases sociales emergentes con un protagonismo fundamental en el desarrollo de la sociedad en un entorno capitalista.

Con los años, al ser global, la televisión alcanzó los espacios que otros medios no tuvieron, por el simple hecho de llegar al público a través de los sentidos predominantes, la vista y los sonidos.

Así, la industria televisiva desde un principio movilizó enormes cantidades de recursos tanto humanos, financieros y creativos, y atrajo de inmediato el mayor porcentaje de la inversión publicitaria, y al mismo tiempo no es indiferente a los problemas sociales, económicos, políticos o culturales.

El desarrollo tecnológico de 30 años incluyó no sólo la forma de transmitir, hacer los productos y la capacidad de transmisión, sino la influencia que la televisión, ya como un producto masivo, consiguió en la construcción del tejido social.

Los últimos 15 años los cambios se dieron mucho más rápido. Nacieron las diferentes plataformas de streaming y bajo demanda. Este cambio se generó con la transición tecnológica que relegó el contenido de los canales tradicionales para dar paso al que se ofrecen en dispositivos inteligentes y en pantallas con una poderosa fuente de luz y un amplio espectro de color.

En la actualidad, cerca de 32.2 millones de hogares en México tiene al menos un televisor, lo que representa 92.9% del total en el país, según los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) de 2018.