El Chapo y el Dragón

19 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

El Chapo y el Dragón

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La recaptura de “el Chapo” Guzmán y los coletazos del dragón chino dominan el imaginario mexicano en el arranque del año.

1. Recaptura de “el Chapo”. Con tanto de qué preocuparnos al aproximarse otra tormenta perfecta en la economía mundial, la recaptura de Joaquín Guzmán Loaera, alias “El Chapo” constituye sin duda una bocanada de aire fresco en el horizonte mexicano, que no obstante los buenos resultados económicos que empiezan a percibirse al cierre del 2015 y el complejo arranque del año nuevo, aún resiente amenazas de un sector externo volátil y complicado, que ahora sufre los coletazos del dragón chino por un aterrizaje forzoso de las expectativas de esta gran economía del lejano oriente.

La fuga del “Chapo” en julio del año pasado puso a prueba tanto el aparato de seguridad del Estado mexicano, como la confianza en las instituciones y en la justicia. Se ha hablado profusamente de corrupción, de yerros, de contubernios y descuidos en el proceso judicial al que estaba sometido, como también de relajamiento en el confinamiento de “alta seguridad” en que estaba o baja calidad de la custodia a que estaba sometido.

Lo cierto es que la recaptura, realizada por fuerzas de élite de la Marina y de las Fuerzas Federales, que le tendieron un cerco durante varios meses desde la serranía de Durango hasta sus baluartes en Sinaloa –en donde fue finalmente capturado en un hotel de Los Mochis-- contando con colaboración e información de inteligencia compartida por el servicio antidrogas de los Estados Unidos, pone de relieve el firme compromiso del Gobierno de la República para combatir no sólo la alta delincuencia organizada sino también la impunidad y cualquier lenidad del sistema de procuración e impartición de justicia.

La reaprehensión de Guzmán Loaera devuelve parte de la confianza perdida en las instituciones mexicanas y sale al paso a tantas críticas severas que le han llovido a las autoridades mexicanas en el último año. Es claro el mensaje de que no habrá impunidad y que las investigaciones del entorno que hizo posible su fuga habrán también de proseguir hasta fincar las responsabilidades que corresponda.

El editorial del New York Times de hace unos días hacía mención a la fuga del narcotraficante como uno de los tres temas que afectan la reputación del país en el exterior –los otros dos son el conflicto de intereses por cuestiones inmobiliarias y los arteros crímenes de la noche de Iguala-, por lo que la recaptura y eventual extradición a la jurisdicción de las cortes norteamericanas que reclaman al capo por los tantos crímenes cometidos en algo deberán recomponer la cuestión.

Tampoco habrán de recomponerlo todo. Sin duda, mucho habrá que seguir trabajando para proseguir el combate al crimen organizado, al narcotráfico y a los fallos del sistema de procuración e impartición de justicia que hacen posible la operación y trasiego de las organizaciones criminales. Sin duda, la rendición de cuentas es el paso siguiente a los cambios que están realizándose en el combate a la corrupción y el sistema de transparencia y plena información pública, pero es algo que requerimos hacer nosotros, con colaboración internacional pero sin excesivas injerencias externas, que no somos un país centroamericano.

La recaptura de “el Chapo” Guzmán prueba que con la determinación apropiada, con las decisiones correctas y con perseverancia en la aplicación de las mismas, los resultados están a la vista. Sin duda, misión cumplida, señor Presidente Peña; ahora el ex prófugo deberá enfrentar la justicia y la extradición, que es lo que le corresponde para responder por los tantos crímenes cometidos. Sin la recaptura de “el Chapo”, otra sería la situación que habría dominado los primeros momentos del naciente año de 2016; sobre todo, los que se refieren a los coletazos que el aterrizaje del dragón chino está dando a las expectativas de desarrollo y crecimiento de la economía mundial, con los consecuentes efectos para México. Al menos, la recaptura hace pensar que sí contamos con lo suficiente para hacerle frente a los grandes desafíos.

2. Normalización y gradualidad en la política monetaria norteamericana. Después de casi 10 años sin un alza de tasas –hay una generación entera de operadores financieros que nunca habían visto moverse las tasas- y de ocho años sin movimientos, el Comité de Mercados de la Reserva Federal norteamericana inició el proceso de normalización de la política monetaria. La “normalización” implica que después de todos estos años de tasas extraordinariamente bajas, la economía estadounidense está lista para retirar el estímulo sin precedentes que se aplicó a raíz de la crisis de 2008 y recuperar la tasa de interés como el principal instrumento de política monetaria.

El nivel normal de la tasa de referencia de la Reserva Federal deberá ubicarse alrededor del 3.5%, al que probablemente se llegará a finales de 2018 o principios de 2019, tomando en consideración que en la propia Reserva Federal se ha hablado de un ciclo de alza de tasas muy gradual. Dada la incertidumbre que todavía rodea el proceso de normalización, es probable que en 2016 las tasas suban 75 puntos base adicionales, que la situarían en 1.25%.

Por otra parte, el resto del mundo deberá tener en consideración, además, el desarrollo de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El proceso de elecciones ya ha iniciado con las primarias y se extenderá hasta el 6 de noviembre del año que entra. Habrán de renovarse los 435 curules de la Cámara de Representantes y 34 miembros del Senado. Este proceso implica que el impasse político probablemente continúe en los próximos 12 meses.

Los momios en el radicalizado Partido Republicano centran la atención en el racista Donald Trump, el neurocirujano Ben Carson y el senador Marco Rubio. En el Partido Demócrata, las elecciones primarias se perfilan entre los senadores Hillary Clinton y Bernie Sanders. Un promedio de las encuestas más relevantes a nivel nacional sugiere que Donald Trump lleva la delantera en el Partido Republicano con el 33% de las preferencias, seguido de Ted Cruz (16.1%), de Marco Rubio (12.6%) y de Ben Carson (12%).

En el Partido Demócrata, Hillary Clinton sigue a la cabeza con el 54.6% de las preferencias, y aunque Bernie Sanders ha cerrado la diferencia con un 32.2% de los posibles, todavía está muy lejos de la senadora por Nueva York. La encuesta de NBC y el Wall Street Journal sobre los escenarios para la contienda presidencial indican que de ser Clinton la candidata demócrata, ganaría la presidencia contra Trump o contra Cruz, pero en caso de que Rubio o Carson fueran los candidatos del Partido Republicano, la señora Clinton podría perder por un margen estrecho.

3. Crecimiento modesto de la economía global en 2016. Dada la incertidumbre y volatilidad prevalecientes, tanto analistas como instituciones financieras internacionales prevén un crecimiento moderado de la economía global, que se habrá expandido 3.1% en 2015, seguido de una incipiente aceleración el próximo año a niveles de 3.3%. No se percibe algún catalizador en las economías avanzadas que permita apreciar alguna aceleración en el crecimiento de estos países, que mantendrán tasas similares a las observadas en 2015.

En economías emergentes, tanto Brasil como Rusia extenderán la recesión en 2016 a un ritmo menor, que estará pasando viene pasará de - 2% a -2.2%, con lo que la aureola de respetabilidad que los llamados BRIC habían establecido se irá diluyendo paulatinamente.

No obstante el difícil entorno de la economía global, la economía mexicana está mejor posicionada que otras para hacer frente a los retos globales. México está lejos de China en términos de actividad económica pero más cerca de los Estados Unidos, cuyo crecimiento apunta a consolidarse en los próximos años. Si bien es cierto que cuando a los Estados Unidos le da un resfrío a México le puede dar pulmonía, también lo es que cuando el país del norte crece y se desarrolla, el nuestro le sigue de manera inmediata.

Dada la debilidad del resto de países en Latinoamérica ya sea porque el ciclo económico depende más del de materias primas, o porque están experimentando problemas internos, como sucede en Brasil, Argentinca y Venezuela, México será el principal motor de crecimiento de la región, explicando alrededor de 85% del crecimiento observable en los próximos años.

Empero, el crecimiento económico seguirá siendo todavía un reto importante para la economía mexicana porque las cifras proyectadas siguen siendo insatisfactorias desde el punto de vista de los rezagos que requerimos enfrentar. A pesar de la fuerte desaceleración que presentó la actividad económica en el primer semestre del 2015, la economía mexicana ha mostrado una visible recuperación en los últimos meses motivada en parte por el mayor dinamismo que ha presentado tanto la inversión como el consumo privado. De mantener esta tendencia, es probable que el PIB de México podría lograr un crecimiento de 2.7% durante el 2016, ligeramente mayor al crecimiento de 2.3% que probablemente alcanzará en 2015.

Para la Secretaría de Hacienda, el nivel de crecimiento posible de la economía mexicana en este año se ubicará en un rango entre 2.6 y 3.6%.

En el mediano y largo plazo, conforme aterricen las reformas estructurales, la economía mexicana podría alcanzar tasas de crecimiento en torno al 3.5% anual de manera sostenible.

Las razones que explican el potencial de crecimiento de la economía mexicana en 2016 se fundamenta en por los siguientes factores: (1) Un crecimiento inercial de alrededor de 1 punto porcentual conforme a las actividades tradicionales; (2) un mayor dinamismo de la demanda interna, que podría contribuir con 1.2 puntos porcentuales al crecimiento económico; (3) el mayor dinamismo de la industria manufacturera, gracias al mayor dinamismo de la demanda externa, particularmente proveniente de Estados Unidos, el incremento de la producción automotriz generado por las inversiones realizadas en este sector y a la mayor competitividad de la mano de obra mexicana, lo cual se traducirá en una contribución de 0.7% al dinamismo de la economía mexicana; (4) un incremento de 0.4 puntos base en el PIB derivado de las inversiones relacionadas con las reformas estructurales, particularmente la energética y en menor medida, la de telecomunicaciones; y (5) una reducción de 0.6 puntos base producto del menor gasto público y el estancamiento de la plataforma de producción petrolera; cabe destacar que este efecto se explica porque en esta ocasión, será el Gobierno Federal el que absorba el costo del ajuste de la economía mediante una política de contención del gasto y austeridad y selectividad en el ejercicio presupuestal.

En este contexto, en el nivel macroeconómico, la Inflación podría ubicarse en 2.8% al cierre de 2016, frente al 2.13% con el que está cerrando en este 2015, la cifra más baja en los últimos 45 años. La tendencia a la baja, no sólo de los precios de los energéticos sino también de otras materias primas, ha resultado en una inflación mucho menor a la que se había contemplado.

En lo que se refiere al tipo de cambio, en tan sólo un año el peso mexicano se depreció a 17 pesos al mes de diciembre, en tanto que al momento va por encima de los 18 pesos por dólar, significando una depreciación adicional significativa.

Este efecto podría explicarse por dos factores: por un lado, mayor fortaleza del dólar norteamericano ante la expectativa que existió durante todo el año de que la Reserva Federal iniciaría el proceso de normalización; y por el otro, la tendencia a la baja de los precios del petróleo que debilitan las expectativas de crecimiento de nuestro país. Si bien a estos niveles el peso mexicano se encuentra subvaluado, la persistencia de los factores anteriores, aunado a un crecimiento moderado, seguirán pesando sobre el valor del peso mexicano, que probablemente se mantendrá por encima de los 17 pesos por dólar la mayor parte del año.

La mejor forma de responder a estos desafíos no habrá de ser la inacción o las medidas proteccionistas, sino persistir en la ruta de la implementación de las reformas estructurales. A pesar de los distintos retos políticos, sociales y económicos vividos en 2013 se logró mantener un buen paso en la implementación de las reformas estructurales aprobadas por el Congreso en el primer tercio de la administración Peña.

A lo largo del 2015, destacaron los esfuerzos realizados principalmente en materia de energía, telecomunicaciones, financiera, educativa y electoral. Para 2016 y en los años subsecuentes, las reformas habrán de seguirse instrumentando con resultados acreditables: reducción en precios de bienes y servicios públicos como la gasolina, la electricidad, telefonía de larga distancia, telefonía y datos móviles e internet.

4. Los coletazos del dragón China, entre la desaceleración económica y el cambio estructural. La preocupación por un escenario de aterrizaje forzoso en China se ha incrementado con la caída estrepitosa de la Bolsa de Shangai, lo que mantiene la incertidumbre en torno al nivel de desaceleración que el gobierno permitirá al tiempo que continúa con su agenda de cambio estructural.

China crecía al 10.7% anual hace tan sólo cinco años, en 2010. En términos de actividad económica, el PIB creció por debajo del 7%. Las discusiones preliminares para el próximo plan quinquenal chino, mismo que se dará a conocer de manera oficial en marzo de 2016, ubican el objetivo de crecimiento en 6.5%. El objetivo en 2010 era duplicar el tamaño de la economía China en el período 2010-2020, lo que ya no aconteció.

Por el contrario, si bien las cifras muestran relativa estabilidad en el nivel interno, la demanda externa (las exportaciones) se ha debilitado en los últimos meses mientras que el sector residencial muestra señales de desaceleración. En este contexto, es muy probable que las autoridades monetarias sigan implementando medidas de estímulo. Cabe recordar que en octubre, el Banco de China recortó nuevamente sus dos tasas de referencia en 25 puntos base así como sus requerimientos de reservas. La tasa de préstamos a un año se ubica en 4.35% y la de depósitos en 1.5%, mientras que los requerimientos de reservas se redujeron en 50 puntos base, ubicándose en 17.5% para los mayores bancos.

En sí, las preocupaciones por China tienen que ver con el cambio estructural que está intentando para liberalizar su economía y los posibles errores de política económica en que ha incurrido, como el mantener de manera oficial el tipo de cambio del yuan. Por ello, China seguirá siendo un tema central para los mercados ante la incertidumbre que genera la toma de decisiones del gobierno, que se encuentra atrapado, por decirlo en términos de la vieja Unión Soviética, en una perestroika sin glasnot, es decir, se requiere reestructurar la economía pero ocultar la información relevante sobre lo que acontece en las variables macroeconómicas del país.

Ejemplo de lo anterior aconteció a finales del año pasado, cuando el gobierno chino decidió cambiar la manera en que fija el nivel del tipo de cambio, en medio de un fuerte proceso de ajuste en los mercados de valores. Si bien el objetivo del gobierno era iniciar la flexibilización del tipo de cambio, los inversionistas leyeron la medida como el inicio de una depreciación competitiva de la moneda.

En este contexto, cabe mencionar que dentro de la estrategia de flexibilización del régimen de tipo de cambio está la inclusión del renminbi o yuan en la canasta de Derechos Especiales de Giro del FMI, lo que fue recientemente aprobado y entrará en vigor en octubre de este año.

Por otra parte, la economía global en 2016 deberá seguir en un mundo en el que los precios del petróleo permanecerán bajos, dice el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, aún durante varios años.

A finales de 2015, continuando con la tendencia descendente de las materias primas dada la desaceleración mundial, los precios del petróleo están tocando recientemente niveles cercanos a 35 dólares el barril de referencia, niveles no vistos desde 2009. El precio barril de petróleo Brent se ubica en 35.5 dólares en tanto que el WTI cotiza en 34.8 dólares, como se muestra en la siguiente gráfica.

Para la mezcla mexicana, estos datos significan que se cotiza en 27 dólares el barril, en tanto que con los últimos datos, que involucran también la inestabilidad en el Medio Oriente entre Irán y Arabia Saudita además de la guerra contra el Estado Islámico, el petróleo mexicano ha caído hasta los 24 dólares el barril, un precio no visto desde 2001.

Con estos números, hasta diciembre, los precios del petróleo han caído 18.4% el Brent y 16.8% el West, respectivamente con lo que se acumulan disminuciones de cerca del 30% para ese año. Desde un punto de vista estructural, la tendencia a la baja de los precios del petróleo se sigue explicando tanto por una menor demanda ante un crecimiento lento de la economía mundial, y la desaceleración de China, en particular, así como por la sobreoferta que sigue existiendo en el mercado de crudo, explicada por un cambio geoestratégico al desarrollarse las cuencas de producción del shale oil y shale gas en los Estados Unidos, que le han convertido ya en el primer productor mundial de petróleo.

Hacia adelante podría pensarse en una recuperación limitada de los precios del petróleo aunque se mantendrán en niveles bajos, si bien existen analistas que anticipan un precio del crudo por debajo de los 20 dólares. Adicionalmente, para muchos países exportadores de petróleo, los efectos no están siendo favorables, sobre todo teniendo en cuenta que, a estos niveles, los balances fiscales de estos países están siendo presionados, por lo que de seguir con esta tendencia, se afectaría la actividad económica. En particular, destacan los casos de Rusia, Brasil y Venezuela en donde la recesión que experimentan sus economías podría profundizarse. 5. Elecciones en 2016. Finalmente, otro de los temas que atrapará paulatinamente el imaginario colectivo, serán los procesos electorales que se llevarán a cabo en 2016.

Destacan dos procesos electorales importantes: uno, la elección extraordinaria en Colima, el 17 de enero de 2016; y dos, las elecciones en 13 estados del país más los diputados al Congreso Constituyente de la Ciudad de México, todas a realizarse el 5 de junio próximo.

En el primer caso, el próximo 17 de enero de 2016 se llevarán a cabo elecciones extraordinarias en Colima. Cabe destacar que las nuevas elecciones para gubernatura fueron convocadas después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anulara los comicios del 7 de junio de 2015 tras imputarse unilateralmente que un funcionario público del gobierno local intervino a favor del candidato del PRI. En este contexto, José Ignacio Peralta Sánchez es nuevamente el candidato del PRI. Contiende con Jorge Luis Preciado Rodríguez nuevamente por el PAN, no obstante la dudosa calidad moral por trata de personas que las denuncias del grupo anarquista Anonymous le han atribuido.

Tras ello, el domingo 5 de junio de 2016, se llevarán a cabo elecciones en 13 estados del país más la ciudad de México: Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. Cabe destacar que se renovarán 12 gubernaturas (a excepción de Baja California), alrededor de 1,182 cargos de presidentes municipales, y 501 diputados locales, incluidos los 60 diputados constituyentes de la Ciudad de México que serán electos de manera inédita, de aprobar el constituyente permanente la reforma política de esta nueva entidad federativa.