El desalentador panorama mexicano

25 de Abril de 2024

El desalentador panorama mexicano

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Aunque parece inexplicable en un país en paz, en realidad existen varias razones que explican por qué México está en la antesala del sótano de los peores países del mundo para el periodismo, y todas son responsabilidad del Estado

Año tras año, México continúa reafirmando su lugar: es uno de los países más mortíferos para la prensa en el mundo, de acuerdo a la Clasificación Mundial para la Libertad de Prensa 2021 de Reporteros Sin Fronteras, publicada este martes 20 de abril.

La prensa en México sigue viviendo tiempos difíciles en todos sus ángulos, nadie escapa a este torbellino ni a la impunidad e inseguridad. Tampoco a la estigmatización desde el discurso público. “El presidente Andrés Manuel López Obrador sigue estigmatizando a los periodistas durante sus conferencias mañaneras, cuando se publica información o comentarios que no le favorecen”, sostiene el documento.

¿Cuáles son las principales causas que han llevado a México a conservar el lugar 143 en la Clasificación de Libertad de Prensa, entre 180 naciones, siendo el país “en paz” más peligroso del mundo para ejercer el periodismo? Son varias las razones, acá algunas de ellas.

En primer lugar es la impunidad que hay en torno a los asesinatos y desapariciones de periodistas en México; en los asesinatos un 92% y en desapariciones el 100 por ciento. Además del incremento en los ataques digitales y en las movilizaciones sociales, donde las agresiones a periodistas no se han detenido. Acá mencionamos el caso de Quintana Roo, donde el 9 de noviembre pasado, cuatro periodistas fueron lesionados durante las coberturas informativas de una manifestación de mujeres en Cancún.

En otro hecho, una veintena de periodistas en Iguala, Guerrero, en octubre del año pasado lanzaron un SOS al gobierno federal para llamar su atención para su protección. Hoy en día, cerca de una decena de ellos se encuentra fuera de su entidad, lo que va convirtiendo poco a poco a este lugar como una zona de silencio para la prensa, que aún se niega a callar.

En este contexto nueve periodistas fueron asesinados en 2020, en diferentes estados del país, entre ellos Veracruz, Guerrero, Guanajuato, Zacatecas, Sonora y Chihuahua, entre otros.

A esta cifra de periodistas asesinados hay que agregar la desaparición reciente de dos de ellos, Jorge Molontzin Centla, reportero de El Confidencial, visto por última vez en Santa Ana y que desapareció junto con otra persona que le acompañaba, con todo y vehículo el 10 de marzo de 2021. Además de Pablo Felipe Romero Chávez, del periódico El Vigía y la Radio FM105 en Guaymas, Sonora, desaparecido desde el 25 de marzo de este año.

›Sonora, Quintana Roo y Guerrero en 2020 a la fecha, han sido las entidades más golpeadas en el gremio periodístico, una situación que no parece mejorar a corto plazo, mientras los agresores materiales e intelectuales sigan libres y mientras las condiciones de seguridad en esas entidades no mejoren.

Así podría seguirles contando uno a uno los hechos que han marcado a la prensa de 2020 a la fecha y no habrá páginas suficientes para narrar esas historias. Todo ello frente a gobiernos que poco hacen por proteger a los periodistas. Aunado este contexto a un discurso fácil, desde la presidencia de la República, que ha hecho ya parte de la cotidianidad descalificar y estigmatizar a periodistas y medios de comunicación, contribuyendo así a un ambiente cada vez más polarizante.

En este sentido la Clasificación de RSF, advierte, “la normalización de estos discursos estigmatizantes debilita a la profesión y genera ataques cada vez más enérgicos y violentos contra los medios de comunicación”. Pero aún en este contexto adverso entre ellos la pandemia de Covid 19, “los periodistas continúan realizando con su

trabajo de información en un entorno cada vez más dañino y tóxico”.

El ejercicio del periodismo es la principal vacuna contra el virus de la desinformación, pero a nivel mundial ha enfrentado graves impedimentos en 73 de los 180 países del ranking establecido por RSF, y obstáculos en otros 59, lo que en total supone el 73% de las naciones evaluadas.

América Latina, un foco rojo más que nunca

América Latina hoy más que nunca, se ubicó en un foco rojo por situaciones difíciles, donde el discurso de la clase política contra los medios se agudiza y no da tregua: “La desconfianza hacia la prensa se alimenta de la retórica antimediática de la clase política latinoamericana, cuya agresividad va creciendo”.

Es esta la situación de

países como

“Brasil y El Salvador, pero especialmente en Nicaragua y Venezuela, donde la prensa independiente agoniza. A los periodistas se les califica como “enemigos del pueblo”. Lo mismo ocurre en Cuba (171º), que permanece estancada en las profundidades de la clasificación y donde la prensa independiente no tiene reconocimiento legal”.

La crisis sanitaria que se vive en muchos países, dice RSF, ha servido a mandatarios para arremeter contra medios y periodistas. Entre estos están

Guatemala, Honduras, Ecuador

y Venezuela; los gobiernos “han aprovechado, la onda expansiva provocada por la crisis para fortalecer su arsenal de censura y complicar aún más la labor informativa de la prensa independiente. A los periodistas se les acusó públicamente de exagerar la gravedad de la crisis sanitaria y de sembrar el pánico en el espacio público. Quienes se atrevieron a cuestionar la respuesta oficial de las autoridades para combatir la pandemia fueron detenidos, acusados de practicar el terrorismo de desinformación y en ocasiones, encarcelados, como le ocurrió al periodista independiente venezolano Darvinson Rojas, que en un mensaje de twitter puso en duda la credibilidad de las cifras oficiales”.

En Guatemala por ejemplo, el presidente Alejandro Giammattei manifestó su deseo de “poner en cuarentena a los medios”. En El Salvador, la mejor forma de controlar a los medios fue

incautarles su

material periodístico, “se prohibió el acceso a espacios públicos, hubo falta de transparencia en el acceso a la información pública, los funcionarios presidenciales se negaron a responder preguntas sobre el coronavirus durante las ruedas de prensa, e incluso se prohibió entrevistar a representantes del Estado sobre el asunto”.

Así la situación de la prensa en nuestra querida América Latina y México donde el panorama no es para nada alentador.