El Narcotráfico y sus brazos armados (I)

19 de Abril de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

El Narcotráfico y sus brazos armados (I)

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Las células y sus subdivisiones encontraron en la explotación de la población civil una nueva fuente de ingresos.

Los ataques cada vez más frecuentes contra la población civil, es solo una de las lamentables consecuencias de las células armadas que crearon los cárteles del narcotráfico en México desde hace dos décadas, con el fin de atacar y defenderse de sus adversarios o las fuerzas del Estado.

Algunos de estos brazos armados transmutaron y se independizaron de las organizaciones que los crearon y equiparon con armas de alto poder, convirtiéndose en rivales, en el proceso también se fragmentaron y se crearon subdivisiones semiindependientes, mismas que llegaron a ser 59 al final de la administración de Felipe Calderón, según un informe de inteligencia de la Procuraduría General de la República (PGR).

Las células y sus subdivisiones encontraron en la explotación de la población civil una nueva fuente de ingresos: los secuestros, las extorsiones telefónicas y el cobro de derecho de piso se dispararon durante la última década, y con ello, los ataques y asesinatos en contra de quienes se negaron a pagar o “cooperar” con el crimen organizado.

De acuerdo con una recopilación de las últimas cuatro décadas de los grupos delictivos en México: NarcoData, el primer brazo armado que trabajó para una organización criminal fueron Los Zetas, que tuvo su origen en el Cártel del Golfo, cuando en 1998, su líder Osiel Cárdenas Guillén, comenzó a reclutar exmilitares. https://bit.ly/1Hvsr1G

En un principio gracias a esta estrategia, el Cártel del Golfo aumentó su poder, pero en 2003, con la captura de Cárdenas Guillén, Los Zetas rompieron con la organización iniciando entonces una guerra por la plaza de Tamaulipas, misma que se caracterizó por ejecuciones y ataques con exceso de violencia, que aterrorizó de tal forma a la población civil que en algunas regiones se vio obligada a migrar.

En noviembre de 2014, estas organizaciones “anunciaron” una alianza prometiendo regresar a las prácticas de la “vieja escuela”, que tiene entre sus principios básicos no meterse con la población civil: “pronto se van a acabar las extorsiones, secuestros, derecho de piso”, aseguraba el comunicado publicado inicialmente por el diario estadounidense Breitbart. https://bit.ly/1M4tDYw

De acuerdo con otro reporte de inteligencia de la PGR, actualmente coexisten en México nueve cárteles y al menos 44 células que compiten entre sí por el control de las principales ciudades y rutas del país. Se detalla que las subdivisiones están establecidas de la siguiente manera: el Cártel de Sinaloa o Pacifico en ocho células; el de Tijuana o de Los Arellano Félix en tres; el de Los Beltrán Leyva en siete; el de La Familia Michoacana en dos; y el de los Carrillo Fuentes en dos. https://bit.ly/1knTsdw

Las únicas dos organizaciones que no han sufrido escisiones recientes son: el Cártel Jalisco Nueva Generación, que según un reciente análisis de la DEA, gracias a estas luchas de poder entre los cárteles y sus subdivisiones, ha salido beneficiado pues se ha logrado expandir en nueve entidades incluido el Distrito Federal; y Los Caballeros Templarios, aunque este último por sí mismo es producto de la ruptura con La Familia Michoacana, en 2009.

Pero en dos cárteles la situación es más compleja, pues además de que han aumentado la fragmentación de las células, esta se ha acentuado, ya que las fracciones que se han creado son en ocasiones rivales, lo cual genera mayor violencia y ataques internos. Este es el caso del Cártel del Golfo con trece comandos: Los Metros, en Reynosa; Los Rojos, en Matamoros; Grupo Dragones, en Tampico; Grupo Bravo, en Aldama; Grupo Pumas, en El Mante, por mencionar algunos.

Algo similar sucede al interior de Los Zetas, organización que nació como célula y ahora cuenta con 9 grupos que operan bajo su nombre, entre los que destacan: Los Sangre Zeta, en Coahuila; Los Negros, en Guanajuato, y las Fuerzas Especiales Zetas, en Tabasco y Quintana Roo.

La constante disputa entre los cárteles y las fracciones ha sumergido a ciertas regiones del país, en ambientes de constante violencia que en ocasiones explota, como cuando se presentan fuertes enfrentamientos o narcobloqueos, por ejemplo, los del pasado 22 de abril, en Tamaulipas cuando se frenó durante todo el día la actividad productiva. Lo cual deriva en mayores afectaciones para la población civil.

Para la población civil urge frenar a estos grupos y recuperar la seguridad perdida.

*Analista en temas de Seguridad, Educación y Justicia simon@inprincipioeratverbum.com.mx @simonvargasa facebook.com/simonvargasa Linkedin: simón-vargas-aguilar www.inprincipioeratverbum.com.mx *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n