Ma Rainey’s Black Bottom: peleando por un Oscar

17 de Abril de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Ma Rainey’s Black Bottom: peleando por un Oscar

alejandro aleman

En una de las mejores escenas de Ma Rainey’s Black Bottom (adaptación de la obra homónima de August Wilson) la brillante pero no por ello menos pedante leyenda del blues, Ma Rainey (interpretada por Viola Davis), justifica en un monólogo su actitud tan complicada, particularmente con la gente blanca. “Yo no les importo, sólo les importa mi voz… si eres de color y les haces ganar dinero te tratan bien, pero si no, te tratan como perro callejero”.

Estamos en 1927. La legendaria artista le hará el favor de su presencia a los muy atribulados dueños de un pequeño estudio para grabar cinco temas. Sus músicos llegan a tiempo pero ella, diva al fin, va retrasada.

En el espacio de espera, conocemos a su banda, donde destaca Leeve (Chadwick Boseman), el joven y talentoso saxofonista que, a diferencia de Ma Rainey, le da coba a los dueños del estudio, pensando que con ello logrará un contrato solista. Los diálogos entre los músicos son usados por el guion (escrito por Ruben Santiago-Hudson) para esbozar la problemática racista en el Estados Unidos de la época.

Finalmente Ma Rainey llega al estudio (junto con su amante mujer y su pequeño sobrino). Es entonces cuando realmente inicia la película. Y es que el show es ver su actitud que pone en jaque a todos: que si el clima está mal, que si no están sus tres coca-colas reglamentarias para poder cantar, que si la versión de la canción no es la que ella quiere interpretar, y la peor: que su sobrino (tartamudo) debe grabar un intro. Y si no les gusta, ustedes se lo pierden porque me largo y dejan de ganar dinero.

Aunque la historia recordará a esta como la última cinta en la que actuó Chadwick Boseman (visiblemente disminuido por el cáncer que padecía en ese entonces), lo cierto es que Viola Davis le arrebata por completo la película gracias a un personaje que destaca por su particular circunstancia: una mujer negra, de personalidad fuerte, que no se deja ningunear no sólo por los hombres, tampoco por los blancos.

La estructura de la cinta no hace sino subrayar las presencia deslumbrante de Davis: un montaje casado con sus orígenes teatrales, de diálogos extendidos y actuaciones over the top, como para que hasta el espectador de la última fila escuche bien.

Es casi un hecho que Boseman se llevará el Oscar póstumo por su actuación en esta cinta en la próxima entrega del Oscar. Un triunfo, sin duda, para este filme cuya principal preocupación son los premios. Pero no deja de ser un despropósito premiar una actuación que no sólo no es la mejor dentro de su misma cinta, sino que además es completamente rebasada por otro de los nominados: Sir Anthony Hopkins.