La Secretaría de Relaciones Exteriores, a cargo de Marcelo Ebrard, instaló un “búnker diplomático” al pendiente de toda la jornada electoral donde se eligió al próximo presidente de Estados Unidos de Norteamérica.
El objetivo fue contar con datos de primera mano sobre los comicios del país vecino y mantener informado al presidente Andrés Manuel López Obrador, dada la importancia de la relación de nuestro país con Estados Unidos.
En todo momento, la indicación presidencial fue que todo el sector diplomático de nuestro país se mantuviera al margen de la elección estadounidense, observación que fue acatada por todos los funcionarios de primer nivel de la Cancillería, aunque esto no les impidió hacer un trabajo preparatorio.
Desde el lunes, la embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, estuvo comunicando a su jefe Marcelo Ebrard cada uno de los escenarios previstos para las elecciones. Mientras que el director general para América del Norte, Roberto Velasco Álvarez, estableció los equipos de trabajo para el manejo y procesamiento de la información para estar listos y actuar en consecuencia ante cualquier eventualidad.
Martha Bárcena y Velasco Álvarez también constituyeron los puentes de comunicación tanto con el Partido Demócrata como con el Republicano, esto para garantizar un trabajo constitucional y fluido con el nuevo inquilino de la Casa Blanca y, claro, con su equipo diplomático.
Cubriendo todos los escenarios posibles, el secretario de Relaciones Exteriores dio la orden, desde la semana pasada, de que todos los consulados de México en Estados Unidos estén listos para actuar ante cualquier situación que ponga en riesgo a los mexicanos que radican en ese país.
Mientras que en el “búnker diplomático”, instalado desde el pasado fin de semana en Plaza Juárez, en el centro de la Ciudad de México, se recibió toda la información sobre el desarrollo de la elección presidencial para la toma de posesiones y, sobre todo, para ver las posibles afectaciones económicas y políticas con el nuevo presidente de Estados Unidos.
Ante el flujo de información que llegaba de la Unión Americana, estos fueron los escenarios previstos: Uno, la reelección de Donald Trump; dos, la elección del candidato demócrata, Joe Biden, y tres, un proceso judicial que alargue los resultados de la elección presidencial.
Desde este centro de mando se tomaron las primeras decisiones diplomáticas, desde que el jefe del Ejecutivo mexicano las autorizó, de la mano del secretario Ebrard Casaubón. El acuerdo presidencial fue que el propio Andrés Manuel López Obrador dé a conocer hoy en Palacio Nacional el posicionamiento oficial de nuestro país sobre el nuevo presidente de los Estados Unidos.
A pesar de que el equipo de campaña de Joe Biden se cerró a tener contacto con gobiernos extranjeros, la embajada Martha Bárcena y el director general de América del Norte, Roberto Velasco, establecieron canales de comunicación para prevenir cualquier eventualidad.
En tanto, el canciller mexicano estableció y construyó este esquema de trabajo para estar informado en todo momento de lo que ocurrió este martes en Estados Unidos, con el fin de evitar afectaciones en las relaciones comerciales, diplomáticas y migratorias con los vecinos del país del norte, pero sobre todo con su nuevo presidente en los próximos días. A la hora que se publica esta columna apenas empezaba el cierre de las casillas y no había proyecciones del ganador de la elección presidencial.
En Cortito: Nos cuentan que no se debe perder de vista al director general de la SRE para América del Norte, Roberto Velasco, uno de los más jóvenes funcionarios de la Cuarta Transformación que ha venido construyendo buenos resultados para su carrera como servidor público. Nos dicen que el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, lo ve como uno de los jóvenes promesas que tiene el país para la diplomacia mexicana y también como uno de los futuros cuadros de la política. Ve en él lo que observó en su entonces director de Estadísticas de la Secretaría de Seguridad Pública de la capital, Mario Delgado, que hoy es el eventual dirigente nacional de Morena y próximo candidato al Gobierno de la Ciudad de México para 2024.