Foto www.javiercorral.orgBet-biraí Nieto Morales
Cada día una mujer es asesinada en México. Pese a los esfuerzos de las organizaciones y a las campañas gubernamentales, los feminicidios van en aumento y se expanden por el territorio nacional, incluso colocando a algunas ciudades en una situación de atención urgente.
Este año, el aumento en la cifra de asesinatos contra mujeres se registró en ocho estados del país: Tlaxcala, Tamaulipas, Hidalgo, Sinaloa, Oaxaca, Nayarit, Sonora y San Luis Potosí.
Mario Fausto Gómez Lamont, profesor universitario y participante en el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM, alerta sobre los casos de San Luis Potosí y Ciudad Juárez, Chihuahua, pese a que en 2013 ocurrió una reducción a la mitad en la incidencia de 46%, aún es un foco rojo que no ha sido posible erradicar en el mapa feminicida. Y la situación de Ecatepec, Estado de México, añade, es aún peor, pues allí se comete uno de cada 40 asesinatos de mujeres en el país, por lo que es un sitio que requiere atención urgente. 
›El experto no es optimista y añade otros dos estados al mapa de atención, Puebla con tres ciudades: Cholula, Tehuacán y la capital, en donde organizaciones civiles alertaron sobre la ocurrencia de casi 300 casos de 2010 al 2016, y sólo el reconocimiento de 99 de ellos por parte de la Fiscalía de Puebla; aunque en lo que va del año la cifra ascendió a 66 feminicidios.
Un caso de igual preocupación es la capital de San Luis Potosí, en donde desde junio de 2011 hasta marzo de 2015 se contabilizaron 124 asesinatos de mujeres. En ambas entidades los casos de sentencias son muy bajas.
En la Ciudad de México, la delegación Iztapalapa se ubicó como la séptima demarcación con más defunciones femeninas con presunción de homicidio, con 27 casos, por lo que avanzó dos sitios desde 2011, cuando ocupaba el noveno lugar con 29 homicidios de mujeres.
Gómez Lamont sostiene que las nuevas incidencias, además de suponer un repunte de los casos también muestra la visibilización de cada asesinato por género, situación que abona para solicitar la rendición de justicia. El estudio de ONU Mujeres señala que “la ocurrencia de un solo caso puede llevar a tasas de gran magnitud y esconder contextos donde su incidencia es muy alta”.
Luisa Ortiz Pérez, fundadora de Nova México y participante del colectivo Chicas Poderosas México, explica que además de ingresar las cifras de mujeres en las actas que engrosan las estadísticas, falta especificar el perfil del agresor y responder a las siguientes interrogantes: ¿de parte de quién opera? y ¿cuál es el móvil que lo desplaza para que considere matar a una mujer?
Desde el sexenio de Felipe Calderón al de Enrique Peña Nieto, las cifras de feminicidios aumentaron a 3.5%, es decir que los asesinatos “subieron a una mujer por cada día” y la mayoría queda impune, dice la activista.
Un componente clave de la violencia feminicida lo constituye la violencia sexual, aunque los registros de procuración e impartición de justicia omiten proporcionar información sobre la víctima, como ocurre con las denuncias de violación que no son desagregadas por sexo.