La responsabilidad de la vacuna covid en el embarazo

19 de Abril de 2024

Raymundo Canales de la Fuente

La responsabilidad de la vacuna covid en el embarazo

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En las últimas semanas he abordado en varios espacios el asunto de proteger a las mujeres embarazadas contra la infección por SARS-COV2. En los países de alto desarrollo se ha podido demostrar que la enfermedad puede causar un incremento en el número de ingresos a salas de terapia intensiva sin que necesariamente se aumente la mortalidad de las mujeres gestantes, hecho que contrasta por cierto en países como México o Brasil que han incrementado las muertes maternas a raíz de la la epidemia.

La diferencia parece explicarse por el retardo en la atención de las mujeres, hecho conocido en nuestro país y que se explica por razones muy complejas que no voy a abordar aquí. En cualquier caso es necesaria una estrategia urgente para ofrecer la vacuna a las mujeres embarazadas; y como otros obstetras en el mundo he manifestado mi franco descontento con la industria que no ha puesto ninguna atención para demostrar la seguridad del biológico bajo estas circunstancias.

Al inicio de la vacunación las autoridades británicas se inclinaron por no vacunar a mujeres embarazadas, y recientemente la agencia norteamericana (FDA) emitió un comunicado afirmando que a pesar de no existir evidencia suficiente que demuestre la inocuidad de la vacuna, se le debe facilitar la aplicación a las mujeres que lo soliciten, dejando en manos de ellas la responsabilidad de recibirla.

Por supuesto debe mediar una explicación detallada en cada caso para que sean ellas mismas quienes tomen la decisión. Finalmente me parece una solución razonable, por un lado tenemos hoy suficientes hallazgos, en el caso de las dos que cuentan con aprobaciones, para afirmar que es muy segura en poblaciones con rangos de edad muy amplios, incluso entre personas con enfermedades crónicas debilitantes y por otro lado los hallazgos que mencioné al inicio en cuanto a las posibles consecuencias de la infección en las mujeres que cursan una gestación hacen pensar que es razonable que ellas puedan optar por vacunarse a pesar de no contar con evidencia explícita.

Obviamente lo que va a pasar a corto plazo es que en la propia sociedad se van a generar los hallazgos, porque siempre existe un cierto número de mujeres a quienes se va a vacunar sin saber que estaban ya embarazadas y por otro lado se podrá registrar pormenorizadamente la información y la evolución de quienes conociendo su estado de gestación opten por aplicarse el biológico.

Al final se está descansando la responsabilidad en las propias mujeres de manera individual, pero no hay salida razonable frente al panorama actual que se traduce en una situación urgente.

Ojalá que en México podamos ofrecer la vacuna a corto plazo aunque sea bajo las condiciones descritas por la agencia norteamericana; eso si, también con el compromiso del seguimiento cuidadoso del embarazo. No veo otro camino para proteger a nuestras mujeres.