El gobierno de Nebraska, en Estados Unidos, tardó un mes en confirmar que los 53 kilogramos de droga que sus policías detectaron en una “revisión de rutina” se trataban de fentanilo. Según el gobernador de ese estado, Pete Ricketts, se trató de la incautación “más grande en la historia del estado y de las más grandes del país”.
El 24 de mayo de este año fue cuando el gobernador estadounidense presumió en conferencia de prensa que el fentanilo asegurado el 26 de abril pudo prevenir la muerte de 26 millones de personas, según cálculos de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés). Ricketts, reconoció que fue por “la naturaleza peligrosa de la sustancia” que se habían tardado en corroborar que se trataba del letal opioide que el año pasado causó 30 mil muertes por sobredosis en ese país.
En México, ese récord histórico de Nebraska se supera cada mes. La incautación de esta droga sintética, que resulta hasta 100 veces más potente que la morfina y 50 más mortífera que la heroína, se ha vuelto cada vez más cotidiana. Y no sólo eso. Por primera vez se desarticuló un laboratorio para la producción de fentanilo. Ya no se trata de casos aislados o esporádicos, como hasta el año pasado reportaban las autoridades mexicanas, pues en los nueve meses de este año se han contabilizado, al menos, 30 aseguramientos que se concentran en cinco estados, en donde tiene influencia el Cártel del Pacífico.
Se trata de incautaciones que de enero a la fecha suman 190 mil 784 comprimidos y los 263.3192 kilogramos de esta droga, en operaciones llevadas a cabo en Baja California, Sinaloa, Sonora, Nuevo León y Jalisco. Y la cantidad de drogas incautadas va en aumento, lo que representa un cambio radical en las operaciones de los grupos criminales, porque hasta agosto de 2017 no había aseguramientos relevantes de esta droga en el país, tal como ejecentral dio a conocer con base en informes oficiales.
Fentanilo vs heroína
El pasado 10 de septiembre, la Secretaría de Seguridad Pública de Baja California informó que, de un operativo realizado sobre la avenida Paseo de la Rumorosa en el fraccionamiento de San Marcos en la ciudad Mexicali, fueron detenidos dos hombres: Iván Arredondo, mexicano originario de Caborca, Sonora, y Anton Petrov de origen ruso. Ambos resguardaban un laboratorio ilegal para la fabricación de este opioide sintético donde les decomisaron 20 mil pastillas con la droga.
El valor de un laboratorio es altísimo, si se considera que el fentanilo es una droga que se ha posicionado en las preferencias de las personas adictas en territorio estadounidense, y de acuerdo a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), un kilogramo de este producto puede alcanzar una cantidad cercana a dos millones de dólares.
Crisis en aumento
El 1 de agosto, un joven estadounidense de 19 años, proveniente de la ciudad de Tijuana fue detenido en la garita de San Ysidro a bordo de un vehículo con varios compartimientos en los cuales transportaba 11 mil 490 pastillas del opioide, al igual que en el caso de Nebraska, la Fiscalía del Sur de California consideró el decomiso como uno de los mayores de los que se tenga antecedente en la franja fronteriza entre México y Estados Unidos.
La realidad es que los aseguramientos de fentanilo en territorio mexicano han aumentado drásticamente, muestra de ello es que un seguimiento de este periódico da cuenta de, al menos , una treintena de decomisos de este narcótico, que el año pasado implicó 41% del total de fallecimientos por sobredosis en Estados Unidos.
Los casos más recurrentes en esta ola de incrementos ocurrieron en Baja California, donde según los informes de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) en el primer semestre de este año se lograron asegurar cerca de 90 mil 161 pastillas, mil 800 litros y un poco más de 187 kilogramos de fentanilo. Además, los tres municipios de esta entidad con la mayor incidencia de incautaciones los conformaban Ensenada en primer lugar, seguido de Mexicali y Tijuana.
›El uso de esta droga ha desencadenado una crisis de mortandad al grado de considerarla una epidemia en Estados Unidos, y las cifras más recientes confirman que sigue creciendo. De acuerdo con información recopilada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de ese país, de los más de 72 mil decesos registrados al culminar el 2017 a causa de alguna sobredosis, el incremento “más marcado” ocurrió en aquellos casos donde el abuso de fentanilo y otros opioides sintéticos similares con alrededor de 30 mil fallecimientos.
Se trata, según el diagnóstico de estos centros preventivos, de una situación critica que supera los índices de mortalidad presentados por arma de fuego, incidentes de tráfico e incluso los momentos más álgido del VIH-SIDA.
Las estadísticas del Instituto Nacional de la Salud estadounidense señala que las muertes por sobredosis causadas por el abuso de opioides sintéticos, principalmente el fentanilo, implicaron un aumento gradual que desde 2002 se ha presentado año con año; a tal punto que sólo al comparar la cantidad de fallecimientos por esa causa, tanto de hombres como mujeres, entre 2016 y 2017, implicó un incremento de 51.47% en la cantidad de decesos.
Estos números provocaron que en 2017 el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declarara el problema del fentanilo como una “emergencia nacional de salud pública” e incluso el 19 de marzo de este 2018 anunció la puesta en marcha de una nueva estrategia antidrogas que entre otros puntos incluía además del reforzamiento de mayores controles en el comercio de analgésicos, el que las personas acusadas por narcotráfico serían condenados a la pena de muerte.
“Si no nos ponemos firmes con los traficantes de drogas, estamos perdiendo el tiempo. Y esa dureza incluye la pena de muerte”, advirtió hace casi seis meses el mandatario estadounidense durante uno de sus discursos ofrecidos en Manchester, New Hampshire.