Eugenio Garza Sada, el legado para la clase trabajadora

20 de Abril de 2024

Eugenio Garza Sada, el legado para la clase trabajadora

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La labor filantrópica y profesional del empresario regiomontano representan un testimonio vigente para las futuras generaciones

El nombre de Eugenio Garza Sada es sinónimo de éxito no sólo en territorio mexicano, sino allende las fronteras.

Hablar de sus logros es hacer referencia a los años de trabajo desde la edificación de empresas hasta la integración de la clase trabajadora a la seguridad social.

A lo largo de su vida, el legado de Eugenio Garza Sada se extendió, a la par que su preocupación por el beneficio social, y para muestra encontramos el apoyo al Hospicio León Ortigosa, que durante muchos años ha sido el hogar de niñas huérfanas.

Pionero en la procuración de la seguridad social para los trabajadores, Eugenio Garza Sada fue un hombre adelantado a su tiempo, pues quienes trabajaron en las empresas que él dirigía —tanto Sociedad Cuauhtémoc y Famosa como otras del grupo— recibieron muy temprano en la historia, muchas prestaciones de diversos tipos.

Entre estas prestaciones destaca el otorgamiento de servicios de salud y el establecimiento de un gran centro de recreación construido para los miembros de esa sociedad.

A esto se sumó la creación de la colonia Cuauhtémoc, en 1957, dentro de un terreno de 40 hectáreas. Este proyecto fue el inicio de un amplio programa habitacional para los trabajadores de las empresas del grupo que dirigía Eugenio Garza Sada, además de la procuración de servicios de salud para los empleados del grupo empresarial.

De esta manera el grupo de empresas se mantuvo a la vanguardia como pionero de la seguridad social en México, al adelantarse a la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Infonavit.

El liderazgo de Garza Sada en Monterrey fue contundente en el aspecto empresarial, de la educación y la asistencia social.

A su labor empresarial y filantrópica también se añade la preocupación por crear una institución académica que compitiera con las mejores universidades del mundo, dado que, hacia la década de los años 40, México se destacó a nivel mundial por su desarrollo económico, político e intelectual.

Eso lo motivó a encabezar al grupo fundador del

Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), una de las instituciones educativas más prestigiosas del país en la actualidad.

El primer plantel comenzó operaciones en 1943 desde una casa ubicada en la capital de Nuevo León con tan solo 350 alumnos y unos cuantos profesores.

En el ámbito educativo, también fue benefactor de numerosas escuelas, como la Escuela Secundaria Melitón Villarreal, dirigida a personas de escasos recursos económicos.

Como líder, Eugenio Garza Sada recopiló un grupo de principios y conceptos dentro del Ideario Cuauhtémoc, mismo del que se aseguró que todos sus compañeros y colaboradores lo conocieran y practicaran.

Por todo esto, la vida, las obras y el ejemplo de Eugenio Garza Sada representan un testimonio vigente para las futuras generaciones, no solo de Nuevo León, sino de todo el país.