La pandemia ha generado una serie de desafíos para atender los fenómenos de las violencias y por ende la seguridad de las personas.
Las violencias antes, durante y post pandemia no han cambiado, siempre son:
- Psicoemocional
- Física
- Patrimonial
- Económica
- Sexual
- Contra los derechos reproductivos
- Obstétrica
- Feminicida
- Simbólica
- Cibernética.
Se ha difundido en varios medios y redes sociales, que las violencias en términos generales se agudizan más en contra de los grupos más vulnerables, mujeres, niñas, niños, adolescentes, grupos vulnerables; pero incluso en agravio de hombres, la realidad es que el encierro, las cuatro paredes de nuestros hogares, generaron y revelaron actos y personalidades inexploradas, que individual y comunitaria, se había presentado y sin duda es un gran desafío para la seguridad.
Siempre he sostenido que todas las personas tenemos detonadores de actos violentos, que hacen que la personalidad violenta y hasta delictiva afloren, ello representa una gran oportunidad para las diversas autoridades que deben dedicar el 100% de sus acciones, presupuestos y programas para prevenir todos los tipos de violencias.
El análisis y reflexión es: qué debemos hacer, para no mantener, reproducir y concluir las historias con familias destrozadas, niñas, niños y adolescentes golpeados, desaparecidos, o incluso muertos, cómo prevenir feminicidios.
Tenemos que tener consciencia de nuestros actos y la consecuencia de los mismos. Mi papá decía: “jala aire tres veces, domina tu carácter y que este no te domine a ti”.
Sobrevivir a la pandemia de forma y fondo, requiere de esfuerzos gubernamentales, la salud se convierte en un problema de seguridad nacional, y las violencias y su manejo un problema de seguridad pública y procuración de justicia.
Pero el esfuerzo más importante es el que hagamos en lo individual y en lo colectivo, controlando los impulsos y el carácter.
Prevenir delitos es mucho más barato que investigarlos, por lo tanto busquen apoyo en las diversas instancias como los Centros de Justicia para las mujeres, Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Alcohólicos Anónimos (AA), Neurótico Anónimos (NA), Centros de Integración Juvenil, etc.
Nota al pie de página:
Sin duda documentar e informar, debe ser un ejercicio pleno de la libertad de expresión, soy una mujer comprometida con ese tema, pero los pseudo periodistas que publican irresponsablemente temas de seguridad y justicia, que además exponen tanto a la integridad e identidad de los funcionarios en operativos, así como la identidad de las víctimas sin ningún escrúpulo, deben ser sancionados ya que eso es más hacer “apología del delito” que el uso y respeto de los derechos humanos. La invitación es no consumir ni hacerle el caldo gordo a varios de esos individuos sin escrúpulos.