Francisco: su visión ante el futuro

“[Dios] hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra.” Hechos 17:26. En la misma instancia en donde hace 239 años, Thomas Jefferson, John Adams, Benjamín Franklin, Roger Sherman, y Robert R. Livingston presentaron la Declaración de Independencia, el Congreso de los Estados Unidos de América, el Papa Francisco apeló a la memoria colectiva del pueblo estadounidense para exhortarlos a construir juntos el bien común. La filosofía del nuevo gobierno se basó en el reconocimiento de los derechos humanos más fundamentales: la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. En el preámbulo del texto se puede leer la siguiente hipótesis: “todos los hombres son creados iguales”, bajo esta afirmación justificaron su necesidad de “instituir un nuevo gobierno” para liberarse de una “absoluta tiranía”. https://bit.ly/1RdRs1Y El Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, con este mismo principio frente a los legisladores estadounidenses y la nación entera, defendió el sueño de millones de personas que han llegado a los EUA buscando construir su propio futuro en libertad, y aunque reconoció que es difícil comparar el pasado con los criterios del presente, hizo un llamado a no cometer los pecados y los errores de nuestros antecesores con respecto a los extranjeros. “Debemos elegir la posibilidad de vivir ahora en el mundo más noble y justo posible, mientras formamos las nuevas generaciones, con una educación que no puede dar nunca la espalda a los vecinos, a todo lo que nos rodea”, manifestó Jorge Mario Bergoglio, sus palabras conmovieron a más de uno hasta las lágrimas, entre ellos al republicano John Boehner, líder de la Cámara de Representantes, quien poco después del discurso anunció su renuncia al cargo. No obstante, es importante comprender que este mensaje no va dirigido exclusivamente a los EUA; ante la crisis global en materia de migración, el problema lo enfrentamos los gobiernos y ciudadanos de todo el mundo. La necesidad de sensibilizarnos es de todos, pues resulta paradójico que después de una fotografía, se vuelque la ayuda y la solidaridad hacia los migrantes sirios, cuando desde hace dos veranos oleadas de menores migrantes no acompañados atraviesan nuestro país huyendo del terror que viven en sus países, México incluido. Otra contradicción es la indignación del gobierno mexicano y algunos ciudadanos, ante las injusticias cometidas por autoridades estadounidenses en contra de nuestros connacionales, como cuando un mexicano es asesinado en sus intentos por alcanzar la frontera; o ante las deportaciones masivas que separan familias, dejando a niños sin el cuidado de sus padres; o bien cuando se das privaciones de la libertad de decenas de mexicanos en los centros de detención, las cuales calificamos de inhumanas, porque de hecho lo son, y todo esto va en contra de los tres derechos inalienables que ya mencionamos. Pero sin embargo toleramos e incluso permitimos que sufran eso mismo los extranjeros, principalmente centroamericanos que cruzan al territorio nacional en busca de las mismas oportunidades de vida y de desarrollo. En México, esos migrantes padecen todos estos males, incluso otros peores, basta recordar la masacre de 72 migrantes —58 hombres y 14 mujeres—, ocurrida entre el 22 y el 23 de agosto de 2010, en San Fernando, Tamaulipas. En nuestro país también se deporta y priva de la libertad de en ocasiones de forma arbitraria e injusta, así como se perpetran y permiten violaciones a derechos humanos, incluso en algunas de ellas con la participación activa de servidores públicos. En la inmensa mayoría de los casos las causas de la migración son económicas y sociales, las personas desean y necesitan mejorar su calidad de vida, pero actualmente nos enfrentamos a un fenómeno migratorio impulsado por la inseguridad, el miedo y terror que provoca la violencia, porque quedarse podría significar la diferencia entre la vida y la muerte. Así en Siria como en algunas regiones de México y Centroamérica. El Santo Padre señaló que las miles de personas que llegan a la nación estadounidense lo hacen con un anhelo de vida de mayores oportunidades, después cuestionó ¿Acaso no es lo que nosotros queremos para nuestros hijos? Seguramente la respuesta general es afirmativa, todos deseamos lo mejor para los nuestros, porqué entonces resulta tan complicado comprender a los migrantes y somos en algunas ocasiones tan indiferentes. Es difícil prever sí el mensaje del Papa Francisco tendrá repercusiones inmediatas en el Congreso de los EUA, en donde se ha planteado sin éxito una reforma migratoria que podría cambiar la vida de millones de inmigrantes que radican en dicha nación, que además han contribuido con su trabajo a su desarrollo y crecimiento económico. Se vislumbra complicado que se dé un cambio radical en el discurso sobre el tema, sobre todo porque próximamente la agenda estadounidense estará dominada por el tema electoral. Sin embargo, es digno de aplaudirse la entereza con la cual el Papa Francisco, defiende con acciones y palabras la doctrina social de la Iglesia, que es el amparo de los desprotegidos y los más pobres, se admira su consistencia y sensibilidad en temas sociales porque habla de preocupaciones reales. *Analista en temas de Seguridad, Educación y Justicia simon@inprincipioeratverbum.com.mx @simonvargasa facebook.com/simonvargasa Linkedin: simón-vargas-aguilar www.inprincipioeratverbum.com.mx *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n