Hasta 2020 Coachella

18 de Abril de 2024

Hasta 2020 Coachella

El reguetón no sólo irrumpió por primera vez en uno de los festivales musicales más importantes del mundo, sino que se coronó como género consentido del público

Indio está a sólo dos horas de Los Ángeles, California y a 2.5 de Tijuana, México; es un espacio que pareciera no tener gloria, pero no es así. Allí se celebra uno de los festivales más reconocidos y esperados por la música, color, arte y moda en el que convergen para que ocurra la magia: Coachella.

En sus ocho escenarios, música de distintos géneros se presenta al mismo tiempo durante los tres días que dura cada uno de los dos fines de semana del festival. Este año actuaron 58 artistas sin contar con las apariciones especiales que ocurrieron en varios de ellos para deleite de sus 200 mil asistentes.

Con apenas 40mil habitantes, un pequeño pueblo de California convirtió este mágico valle en uno de los más importantes y representativos al atraer en cada edición a miles de asistentes de todas las nacionalidades

No se ha conocido otra caminata tan alegre entre los estacionamientos hasta los filtros de seguridad para llegar al paraíso de césped verde en el que, al centro del todo, Spectra espera, un frío edificio que traspasa los colores para que, por medio de sus siete pisos de observación, los asistentes suban y disfruten de todo el valle californiano, así como de sus escenarios desde lo alto de su torre que está haciendo competencia a la rueda de la fortuna, ícono de Coachella, pues llegó para quedarse.

Arriba los hispanoparlantes

Las sonrisas continuaron cuando a las 15:20 horas, miles de personas esperaban en el escenario principal para ver por primera vez al grupo regional mexicano Los Tucanes de Tijuana, que a diferencia de Los Ángeles Azules, tuvo mejor horario y auditorio.

Puntuales, los integrantes de esta agrupación de música regional mexicana iniciaron vestidos con flamantes trajes y sombreros blancos a juego de camisas negras.

El actor mexicano Luis Gerardo Méndez no dejó de disfrutar del festival con sus amigos. Foto: Instagram

El público, sin siquiera conocer sus canciones, gritaba y bailaba en un intento de baile country mexicano. Después, apareció la bandera de México y la gente enloqueció; aunque no hablaban español, eso no importaba, estaban disfrutando el show.

El tiempo de ejecución fue de 4:05, pero Los Tucanes estaban inspirados y se siguieron unos minutos más para repetir su famoso éxito “La Chona” por #LaChonaChallenge, pero al pasarse de tiempo, los organizadores les quitaron el audio y eso no limitó a las personas que siguieron cantando hasta terminar la canción y pidiendo cantaran una más, algo que causó sorpresa entre los asistentes por el recibimiento que le dieron del grupo.

Balvinchella

Por primera vez desde que irrumpió el reguetón en la escena musical, hace más de 15 años, este género tuvo oportunidad en el festival para que ese género fuera incluido. El embajdor fue J. Balvin y dio todo al dejar con la boca abierta a los asistentes al contar con un escenario creado por el reconocido Takashi Murakami que nos transportaba al mundo de los comics japoneses con un personaje gigantesco principal y nubes tiernas que bailaban sorientes a su ritmo.

J Balvin y Usher tuvieron un encuentro detrás del escenario. El reguetonero, en tono de broma, posteó que estaba tratando de recordar “¿cuándo fue que le enseñé a bailar a Usher?” Foto: Instagram

Un gran y colorido pato en forma de caballo de madera también formó parte de la escenografía. Grandes coreografías y luces, Rosalía subió al escenario para cantar “Con altura”, así como Sean Paul y Bad Bunny. Cantó y bailó todos sus éxitos, pero en un gesto muy generoso dedicó parte de su presentación para hacer un reconocimiento a todos los reguetoneros que no habían tenido voz en el festival y cantó los éxitos de los mayores exponentes como Daddy Yankee, Wisin y Yandel de los últimos años. La gente enloqueció entregada al género y al gran espectáculo que por mucho fue de los mejores.

Géneros como el reguetón han tenido una gran aceptación dentro de este festival, que en sus comienzos alojó al hip hop, el rock alternativo y la electrónica.

Otra latina espectacular fue Mon Laferte, que con sencillez en un vestido rojo, movió a la gente cantando sus éxitos y bailando, reconociendo el espacio que Coachella estaba dando a la gente de habla hispana.

Otra mujer que no falta cada año es Kendall Jenner, de las más buscadas por sus outfits y belleza. Este año se pasó el tiempo en el artist acces con Justin Bieber y su esposa, Hailey. Foto: Instagram

Rosalía hizo algo que no se veía hace tiempo: que las personas que estaban en el escenario Mojave, quienes no hablaban ni entendían el idioma español, se mostraran unas a otras viéndola con su traje rojo y corpiño negro, como se les ponía “la piel de gallina”, gracias a su espectáculo. “Es la nueva Madonna” decían envueltos por primera vez en el festival, en notas urbano-flamencas junto con sus seis bailarinas. Es lo mejor que he visto, decían varios al gritar ¡olé!

Marshmello no dejó de sacarse una fotografía con Bad Bunny. Foto: Instagram

Otro gran hit de Coachella fue contar con el cantante de trap Bad Bunny, este conejo malo vestido de Louis Vuitton tuvo en el escenario un tercer ojo gigante junto con dos manos laterales mostrando el dedo meñique. Todos cantaban “Tenemos que hablar” y “Estamos bien”, así como todos sus éxitos. Demostró gran talento en el escenario e invitó a J. Balvin a cantar con él.

Punto aparte

Casi irreconocible por su cabello muy corto y teñido de rosa apareció en escenario Sahara Jaden Smith, uno más que no escatimó en ningún momento durante su presencia en el escenario. Como ha sido costumbre en los últimos meses, apareció cantando y volando encima de una camioneta Tesla blanca. Las grúas los subían y bajaban, sus bailarines lo acompañaban y presentaba éxitos, así como sencillos de su nueva producción. La gente no podía creer el escenario. Entonces, en su primer fin de semana subió Willow Smith con su hermano Jaden y para el cierre de Coachella lo sorpresa fue ver al actor Will Smith cantando con su hijo “Icon”.

Los mares de gente para entrar eran una locura, pero eso no limitó a que todos lo pudiéramos ver, así como la sencillez de Jaden que, poco después de su show vio a un chico con una sudadera alusiva a su espectáculo y fue él quien se le acercó para saludarlo y sacarse una foto ante la sorpresa de su fan.

La también modelo Shanina Shaik demostró que iba con todo a Coachella. Foto: Instagram

En ese mismo escenario apareció el K-Pop, al presentante las integrantes del grupo surcoreano Black Pink que causó una expectación, al ser también la primera vez que ese género entraba en Coachella.

El rock llegó con The 1975, quienes se presentaron en el escenario principal, aunque generaron una gran discusión, pues colocaron en el escenario la frase Rock´n roll is dead God bless the 1975, algo no se entendía si era porque el género ya había muerto o es cómo lo conocíamos. Pero eso no importó, pues la gente se movió y conmovió en cada una de sus notas y éxitos. Fue delicioso y magistral tanto que, si es que ya murió, que siga así porque su muerte es gloriosa.

La primera edición del Festival de Música y Artes de Coachella Valley acogió únicamente a 25 mil personas y las entradas costaban sólo 50 dólares. Con el paso de los años, la música se ha desplazado hacia un segundo plano, cediendo el relevo a la moda y el mundo de las celebrities, principales protagonistas.

Otra presencia espectacular de rock alternativo fue la de Weezer, grupo formado en 1992, pues cada uno de sus éxitos tocado en el valle de Indio provocó que todos cantaran al unísono. Ellos agradecían la energía del grupo, así como las luces y espectáculo que daban. Pero el éxtasis llegó cuando interpretaron junto con Tears for Fears “Everybody wants to rule the world”. También con Chilli tuvieron un performance de “No Scrubs” y fue con “África” que la gente no dejó de aplaudir y gritar. Un momento memorable.

Tame Impala generó algo que a todos llamó la atención: su sonido, además de las luces, parecían de otro mundo y hacían que las personas se transportaran en un viaje extraño que en momentos era confortable y en otros angustiante por los estruendos que realizaron. Una especie de trance colectivo gracias a la tecnología.

Paris Hilton no nos decepcionó. Foto: Instagram

Otra experiencia similar fue la que generó Childish Gambino (Donald Glover), al aparecer con el torso descubierto y descalzo con un pantalón blanco rindiendo homenaje a Mac Miller y Nipsey Hussle, pero con la curiosa diferencia de llamar al consumo de mariguana que en su propio escenario, comentó, le gustaba fumar cuando cantaba, por lo que pidió que alguien le invitara un cigarro e invitó a un asistente a consumirlo con él.

También muy grato fue el concierto de Khalid que tuvo como invitado a Marshmello, quien sigue generando sensación.

Las modelos Delilah Belle y Emily Ratajkowski. Foto: Instagram

La única cantante que dejó muy mal sabor de boca por la falta de producción para cerrar este festival fue Ariana Grande. Con pausas de hasta dos minutos ente canciones y pese a cobrar cuatro millones de dólares por cada fin de semana, —igual que lo hizo Beyoncé el año pasado y que dejó su presentación para la posteridad por espectacular—, Ariana no levantó.

Se hizo acompañar de celebridades como el grupo NSYNC (sin Justin Timberlake) y Nicki Minaj a quien no le funcionó el micrófono, así como con Diddy. La gente a la mitad de la presentación se retiró decepcionada del concierto que le quedó muy grande a Ariana, quien demostró que aún no está al nivel por su pobreza en el espectáculo, desempeño y vestuario.

Pese a ello, Coachella nunca decepciona y sorprende ,por lo que ya queremos que llegué 2020 para regresar a este gran espacio de arte y música en Indio.

En sus inicios, este festival alojó al hip hop, el rock alternativo y la electrónica y contaba con la actuación de bandas como Pearl Jam y Chemical Brothers