El Consejo de Seguridad Energética de Estados Unidos reveló que el robo de entre 10 y 30 millones de barriles de petróleo en Texas durante el año pasado representó una pérdida de entre 450 y mil 500 millones de dólares. La declaración exhibe que la Unión Americana no está a salvo de la actividad ilícita que ha cobrado relevancia en México, donde Pemex ha estimado sus pérdidas en 30 mil millones de pesos tan sólo en 2016. Mientras que el organismo con sede en Houston, creado para proteger a la industria energética de amenazas y robos, estimó que entre uno y tres por ciento de los cerca de 700 millones de barriles producidos en Texas en 2013, fueron hurtados. Por tanto, esta situación habría causado pérdidas de hasta dos mil 100 millones de dólares a los pequeños productores ese año. De acuerdo con información de Notimex, el robo de combustibles es un problema que se acentúa en Texas por ser la principal entidad productora de petróleo en Estados Unidos y por existir cientos de pequeños productores, propietarios de pozos que extraen sólo decenas de barriles por día. En abril pasado, las compañías petroleras en los condados de Midland y Reeves, al oeste del estado, reportaron el atraco de más de tres mil 200 barriles de petróleo, en comparación con cero registros de estas zonas el año anterior.
El modus operandi
El robo a oleductos se realiza a través de dos sistemas. El más común involucra a los choferes de los camiones de petróleo, quienes conectan una manguera a los tanques de almacenamiento y aspiran hasta casi 200 barriles de crudo. Luego los conductores localizan un sitio intermedio para almacenar el energético y se asocian con el dueño de otro pozo que no produce mucho. El propietario entrega el hidrocarburo al sistema oficial de oleoductos y se registra con los reguladores de petróleo texanos para hacerlo legítimo. La otra modalidad más frecuente se vale de las plantas de disposición de agua salada, donde procesan las aguas residuales de la producción de petróleo, debido a que es legal que sus operadores vendan el exceso de crudo que extraen de su agua. Pero los encargados que roban el producto modifican los documentos y mezclan el energético para un beneficio más grande. El robo de petróleo y gasolina en territorio estadunidense se da especialmente en sus puntos de almacenamiento, de manera esporádica y con escaso volumen, porque se ha logrado prevenir en su mayor parte por el uso de tecnología de detección de fugas en las redes de tuberías; así como de sensores, cámaras de televisión y la vigilancia e investigación por parte de las autoridades en los campos petroleros.
Medidas contra robo
Con el objetivo de vigilar el robo de combustible en el oeste de Texas, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) creó en el 2008 una fuerza de tarea especialmente para tal labor. al principio se dedicaba a prevenir el hurto de materiales alrededor de la industria petrolera, principalmente el de cables de cobre. Un proyecto de ley aprobado por los legisladores de Texas en mayo pasado busca desalentar el robo de petróleo en la entidad incrementando los castigos que se impongan a los responsables. La iniciativa clasifica en delito grave con pena de cárcel si el valor total de petróleo robado es menor a 10 mil dólares, y se eleva a delito de tercer, segundo y primer grado si el valor de lo sustraído sobrepasa los 10 mil dólares y los 100 mil dólares. (Con información de Notimex). KT/RB