“La naturaleza es la mejor maestra de la verdad”. San Agustín
Hoy se conmemora un tema que ha cobrado importancia en los últimos años, y es que aún pareciera que pese a las advertencias que nos hace la naturaleza no hemos sido conscientes de lo que nos quiere decir. Es innegable que en nuestra actualidad los riesgos naturales se han incrementado y que el cambio climático se ha convertido en un enemigo difícil de vencer.
Pese a la información, tecnología y rapidez para procesar datos, los peligros cobran, desafortunadamente, no solo vidas; sino que también implican importantes pérdidas económicas y transforman duramente la vida de innumerables familias, de acuerdo al Atlas de la Organización Meteorológica Mundial sobre mortalidad y pérdidas económicas causadas por fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos (1970 – 2019), se registraron más de 11 mil desastres atribuibles a estas situaciones, lo que ha generado alrededor de más de 2 millones de muertes, es decir, cada día de los últimos 50 años, los riesgos meteorológicos han ocasionado el deceso de 115 personas y pérdidas por 202 millones de dólares.
Pero, además, este documento afirma que a partir de la década de los 90’s el promedio paso de 170 a 90 muertes por día, lo que significó una importante reducción y que continuó bajando en 2010, hasta 40 al día, no obstante, sin embargo, las pérdidas económicas no han decrecido, tres de las 10 catástrofes más costosas se produjeron en 2017, se trata de los huracanes: Harvey (96 mil 900 millones de dólares), María (69 mil 400 millones de dólares) e Irma (58 mil 200 millones de dólares). Estos tres representaron por sí solos el 35% del total de las pérdidas económicas de los 10 principales desastres en todo el mundo entre 1970 y 2019.
En información de la Organización de las Naciones Unidas este análisis, es una de las revisiones más completas que se han llevado a cabo sobre la mortalidad y las pérdidas económicas, y es que los impactos de los peligros relacionados con el cambio climático, actualmente pasan rápidamente, gracias a la globalización y a la celeridad, de lo local a lo nacional e incluso a lo internacional, afectando negativamente a la salud y al desarrollo económico y social en todo el mundo.
Sin embargo, el concepto de globalización no debe entenderse como un problema, porque al igual que todo el avance tecnológico e la industrialización conllevan dos vertientes, por lo que con el slogan “Cooperación internacional para los países en desarrollo” este día sirve además de para hacer un alto, en reenfocarnos en que los peligros inciden de manera más significativa en los países de menores ingresos o en vías de desarrollo, por lo que la ayuda mundial siempre será un mecanismo que nos puede brindar mayores posibilidades de reducir afectaciones.
Pareciera que es un tema que compete sobre todo a las instancias especializadas, no obstante, la prevención es un trabajo de todos, incluso debería comenzar a ser una cuestión de enseñanza escolar, ¿qué contiene y cómo se realiza una mochila de emergencia?, ¿cuál es la ruta más segura para abandonar mi casa en caso de un terremoto, inundación o peligro de origen natural de cualquier índole?, ¿cuento con copias de documentos importantes como actas de nacimiento, pasaportes, grados universitarios, etcétera?
La tierra ha dado visibles muestras de desgaste, los gases de efecto invernadero continúan elevando la temperatura global, el agua de los mares presenta una constante pérdida de oxígeno, zonas con desertificación surgen con más frecuencia y la diversificación de flora y fauna han disminuido en los últimos 10 años; por lo que es muy importante admitir, reconocer y tomar decisiones contundentes a nivel mundial, ya que como lo dijo la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR): “Los desastres no son naturales, sino que son el resultado de las omisiones y la falta de prevención y planificación ante los fenómenos de la naturaleza.”