Los niños son la esperanza del mundo. José Martí
Bajo rendimiento escolar, mayores probabilidades de sufrir bullying, desarrollo limitado de habilidades de lectura y matemáticas, problemas de comunicación con sus padres y hasta menores intenciones de votar cuando sea adulto, son algunas de las características que prevalecen en los niños de familias más desfavorecidas.
La creciente desigualdad entre los padres, termina minando las oportunidades de sus hijos, así lo constata el reciente informe de la OCDE: ¿Cómo va la Vida?, índice que permite comparar el bienestar en los 34 países miembros, basándose en once temas que el organismo ha identificado como esenciales para las condiciones de vida materiales y la calidad de vida. https://bit.ly/1GeyG9U
De acuerdo con el informe, México ha progresado en gran medida en la última década en la calidad de vida de sus ciudadanos, pero todavía se encuentra en una posición muy baja en buena parte de los temas del Índice, siendo los más limitados: ingresos, seguridad, educación, balance vida-trabajo y comunidad.
Con respecto al tema económico de las familias, el estudio destaca que el ingreso familiar disponible promedio per cápita en México (13,085 dólares anuales), es menor que el promedio de los países miembros de la OCDE (25,908 dólares al año), siendo superado en este indicador solamente por dos países: Brasil y Turquía.
Por otra parte, alrededor del 61% de las personas entre 15 y 64 años de edad en México tienen un empleo remunerado, cifra menor que el promedio de la OCDE de 65%. Asimismo el 28.8% de los empleados mexicanos suelen tener horarios laborales superiores al promedio de la OCDE, superando incluso a países como Japón, en donde culturalmente es mal visto retirarse temprano de la oficina o tomar vacaciones.
Estos elementos tienen efectos y consecuencias drásticas en la calidad de vida de los niños de las familias más vulnerables, hoy en día es la población infantil la que está pagando un precio muy elevado por la creciente desigualdad. El informe en referencia proporciona datos que revelan el grado de diferencia entre la infancia de unos y otros niños.
En términos generales, la pobreza por ingresos afecta a uno de cada siete niños de la OCDE y el 10% vive en hogares con todos sus miembros desempleados. En el caso de México el 25% de los menores se encuentra en estado de pobreza, uno de los porcentajes más altos del organismo siendo rebasado solamente por Turquía e Israel, ambos con el 29%.
Y es que la tasa de pobreza infantil comenzó a aumentar desde que se desató la crisis de 2008, muchos de ellos se vieron obligados a abandonar sus estudios para unirse al mercado laboral en condiciones en muchas ocasiones degradantes, quienes aún estudian no cuentan con las herramientas suficientes ni con el estímulo de una buena alimentación.
La desigualdad entre los niños se ve traducida en otro tipo de consecuencias que minan su calidad de vida y disminuyen las posibilidades de que puedan contar con una infancia feliz o una vida escolar satisfactoria. Una de ellas es el acoso escolar, los resultados revelan que 1 de cada 10 son víctimas de bullying y casi siempre estos niños son los que provienen de los hogares con mayores carencias.
“Se trata de desigualdades impactantes en el bienestar de los niños relacionadas con la condición socioeconómica familiar: los niños de familias con mayores recursos tienen mejor salud, competencias más altas, mayor compromiso cívico, y mejores relaciones con sus padres y compañeros de clase que se portan bien con ellos y que les ayudan”, explica la OCDE en sus conclusiones sobre el tema.
Al respecto el Secretario General de la OCDE, José Ángel Gurría, advierte que las políticas que se implementen en los países para mejorar las condiciones de sus ciudadanos y construir una mejor sociedad, fallaran si no se toman en cuenta las necesidades los más jóvenes: los niños y adolescentes, “la lucha contra la inequidad comienza al asegurar que todo mundo disfrute de oportunidades que les permitan desarrollarse en la vida, especialmente a una edad temprana”, señaló.
Si no somos capaces de bríndales mayores y mejores oportunidades, así como una mejor calidad de vida a nuestros niños, en un futuro no podremos aspirar a contar con un México prospero, como dice una de las cinco Metas Nacionales previstas en el Plan Nacional de Desarrollo (PDN) 2013-2018. *Analista en temas de Seguridad, Educación y Justicia simon@inprincipioeratverbum.com.mx @simonvargasa facebook.com/simonvargasa Linkedin: simón-vargas-aguilar www.inprincipioeratverbum.com.mx *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n