El Valle de México amaneció con la tragedia en la cara, pero no hubo tiempo de detenerse, había que salir a trabajar. La muerte de 24 personas por el desplome de una trabe en la estación Olivos obligó desde temprana hora a los habitantes de la periferia a enfrentarse a una problemática que se pensó había quedado atrás con la Línea 12: la desigualdad de la movilidad.
Aún no amanecía ni habían sido removidos los vagones dañados, pero las personas provenientes de Tláhuac y Valle de Chalco ya abarrotaban las filas para tomar un RTP y llegar a sus destinos.
Sin esa ruta del Metro que moviliza a más de 200 mil pasajeros diariamente, las personas que habitan la periferia de la Ciudad de México y el Estado de México —que son en su mayoría de clase trabajadora— deberán optar por “alternativas” que en realidad no lo son, porque resultan costosas, inseguras y además les obligarían a pasar hasta seis horas de su día en el transporte público.
Carolina Lomas es el ejemplo de lo anterior. Ella vive en Tláhuac, pero trabaja en Polanco lo que implica un desplazamiento de 40 kilómetros. Sin la línea 12 su traslado pasará de ser de 90 a 150 minutos y el gasto promedio crecerá hasta los 40 pesos.
En la misma sintonía está Daira Liévano. “Se vienen días bien difíciles por acá”, dice a ejecentral y describe que desde Tláhuac llegar a la estación más cercana (Taxqueña de la línea azul o Constitución de 1917 de la línea verde) toma una hora de trayecto porque hay que rodear la zona y atravesar Periférico, lo que cuesta entre seis y diez pesos.
Sin importar la estación que se elija, “es arriesgarse a atravesar zonas conocidas por constantes asaltos al transporte público, aparte de una pinche vueltota”, agrega Daira, quien apunta que los trayectos pasarán de una hora y media hasta tres horas, es decir hasta seis horas diarias en el transporte. Si un empleado se enfrenta a esa situación, al final de una semana habrá pasado entre 30 y 36 horas de su vida sólo en llegar al trabajo. Además, habrá gastado entre 200 y 240 pesos de su salario.
Para los habitantes de Valle de Chalco la historia es otra. Para suplir la Línea 12 es más redituable salir por la carretera México-Puebla rumbo a Metro Santa Martha, Pantitlán o Aeropuerto y el costo rondaría de los 22 a 30 pesos diarios.
En un país donde el sueldo mínimo diario es de 141 pesos, alternativas como Uber, Didi o Cabify son insostenibles, pues el costo es de entre 200 a 250 pesos por viaje desde Tláhuac o Valle de Chalco hasta el centro de la Ciudad de México.
“Podríamos hablar de otros medios de transporte como la bicicleta, pero tampoco hay infraestructura para hacerlo de forma segura”, dice Zeltzin García.
Aunque el gobierno capitalino ha dispuesto unidades de RTP para suplir la Línea 12, el resto de los costos del transporte así como el tiempo gastado los absorberán las personas.
El Metro de la Línea 12 era el más bonito, nos dio dignidad de movilidad a los Tlahuicas, todo el tiempo fuimos marginados de los servicios de primera hasta que llegó la línea dorada (...) espero con el corazón en la garganta que la vida deje de ser difícil, que los gestores políticos dejen de percibirnos como ‘vidas baratas’”, dice el testimonio de la usuaria de Facebook Nuñez Alaide.