La relación en temas de seguridad entre el Gobierno de México y los Estados Unidos no está su mejor momento, la agenda entre unos y otros no necesariamente coincide y si a esto sumamos el momento coyuntural que se vive en todo el mundo por el conflicto entre Rusia y Ucrania, podemos entender que cualquier traspié puede afectar de manera más que significativa nuestra relación con los vecinos del norte.
Para el gobierno estadounidense, incluido su congreso, la prioridad es atender el éxodo migratorio que de manera casi obligada pasa por México para internarse en territorio norteamericano, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado su postura al respecto y la óptica con la que unos y otros abordan el fenómeno no necesariamente es igual.
Para demócratas y republicanos la solución que se de al problema migratorio que enfrentan tiene un trasfondo político medular, el trato que se de a los migrantes en la unión americana les quita o da votos, basta con recordar lo que significó este tema para Donald Trump y el mismo Barack Obama.
Por otra parte, de manera reciente Antony Blinken, Secretario de Estado de EE. UU., expresó su preocupación por el número de periodistas asesinados en México, dicho señalamiento no cayó muy bien en Palacio Nacional, el Presidente tuvo una reacción exagerada llevando las cosas a tal punto que Jen Psaki, la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca simplemente respondió, en conferencia de prensa, que los asesinatos de periodistas en México son hechos indiscutibles.
Que México no condenara enérgicamente el ataque de Rusia en contra de Ucrania fue otro de los puntos que dañan sensiblemente la relación entre ambas naciones, en un momento en que el mundo tiene su mirada puesta en el Europa y líderes de numerosas naciones se pronunciaron al respecto, México decidió ser “imparcial” y no apoyar abiertamente la perspectiva estadounidense, llamando tímidamente al diálogo entre las dos naciones en conflicto para dar una salida pacifica.
Para complicar un poco más las cosas, el 24 de marzo pasado, el jefe del Comando Norte de Estados Unidos, declaró que es en territorio mexicano donde se encuentran más miembros de la agencia de inteligencia rusa. Mientras esto sucedía un grupo de diputados mexicanos de Morena, PT y un par de priistas instalaron en el congreso un Grupo de Amistad México-Rusia e invitaron al embajador de aquel país a San Lázaro a dar un mensaje.
México y el Presidente están bajo mucha presión, es urgente reordenar prioridades y clarificar posturas, estar en tensión con nuestro mayor socio comercial no beneficia a nadie, sobre todo cuando el panorama internacional cambia a una velocidad vertiginosa.
Analizar la relación que mantienen ambos países es sin duda complejo, las acciones emprendidas entre uno y otro están llenas de dobleces, malas decisiones y coyunturas. Urge mejorar la relación entre las dos naciones, con u dialogo abierto y sin caer en apasionamientos.