La economía arranca 2022 con dificultades tras el estancamiento del cierre de 2021

24 de Abril de 2024

Janneth Quiroz Zamora

La economía arranca 2022 con dificultades tras el estancamiento del cierre de 2021

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En los últimos días se han publicado reportes de los principales indicadores económicos de México, los cuales muestran que la recuperación del país se estancó a finales de 2021. Entre los más importantes se encuentra la cifra final del PIB del 4T-21, que registró una variación nula. Dando como resultado una contracción de 0.5% en el segundo semestre del año pasado. Ante ello, es inminente que el efecto rebote, provocado por una muy baja base de comparación tras la caída del PIB del 8.4% en 2020, únicamente benefició el crecimiento de 1.8% del primer semestre de 2021.

En el último trimestre de ese año, la economía se estancó debido a que el sector de servicios se contrajo 0.6% t/t, reflejando nuevamente que las actividades terciarias son las que han resultado más afectadas ante medidas oficiales y voluntarias impuestas para evitar un mayor número de contagios de Sars-Cov-2. Con este resultado, y excluyendo el desplome de 2020, el tamaño de la economía alcanzó un nivel similar al de hace 5 años, es decir, al que tenía en el tercer trimestre de 2016. Además, amplió su diferencia respecto al nivel pre-pandemia (4T-19) de -2.9% a -3.3% y respecto al máximo previo (3T-18) de -4.1% a -4.3%.

Esto provoca que, hacia adelante se tenga un nulo crecimiento inercial, propiciando un ambiente retador para el inicio de 2022. Indicadores oportunos muestran que en enero se presentó una pérdida importante de dinamismo y en febrero se tuvo una recuperación modesta de esta. En primer lugar, la confianza empresarial de dos de los tres sectores que mide INEGI -el comercial y la construcción- disminuyó en comparación con los niveles alcanzados durante el primer bimestre de 2022. En segundo lugar, la confianza del consumidor se mantuvo en los 43.4 puntos en enero y febrero, con lo que apenas alcanzó el nivel observado en agosto pasado. Y, finalmente, las cifras de los indicadores IMEF de los sectores Manufacturero y No Manufacturero cayeron por debajo de los 50 puntos en enero, ubicándose en la zona de contracción y, a penas superaron este umbral en febrero.

Además de los resultados observados en estos índices de difusión, el reporte del registro administrativo de la industria automotriz de vehículos ligeros refleja que las dificultades en el sector continuaron en el primer bimestre del año: i) en el mercado interno se vendieron únicamente 158,185 unidades, lo que implica caídas de 3.9% a/a y de 26.6% en comparación con el mismo periodo de 2019, antes de la pandemia, ii) la producción fue de 493,845 vehículos, lo que se traduce en una contracción de 4.6% a/a y una de 23.9% en relación al mismo bimestre de 2019; y, iii) las exportaciones disminuyeron 4.3% a/a y guardan una diferencia de -19.0% respecto a los primeros dos meses de 2019.

Las exportaciones automotrices representan casi el 30% del total y, aunque se estima que la expansión de la demanda estadounidense seguirá beneficiando a nuestra economía, las interrupciones en las cadenas de producción, que han originado el desabasto de algunos bienes intermedios, podrían agravarse con la invasión de Rusia a Ucrania, lo que limitará la oferta potencial de bienes finales.

Ante esta coyuntura, se han empezado a recortar las proyecciones del PIB de México para este año, mientras que las del tipo de cambio USD/MXN se mantienen por arriba del nivel de cierre de 2021, pues han aumentado las probabilidades de que los efectos adversos por la pandemia y el estallido de la guerra en Europa del Este afecten la actividad económica mundial.