La mayor parte del reino de la creatividad —que hasta hace poco había sido controlado exclusivamente por seres humanos—, nos ha sido arrebatado por la inteligencia artificial (IA), salvo por unos cuantos humanos excepcionales.
En un experimento, publicado hoy en la revista Nature, en que se evaluó la creatividad de las respuesta de 256 participantes humanos y las de chatbots de IA de modelo de lenguaje grande (en concreto ChatGPT3, ChatGPT4 y Copy.Ai), las máquinas obtuvieron mejores resultados.
Los evaluadores, quienes sólo conocieron las respuestas y no si estas habían sido generadas por una persona o una máquina, utilizaron la metodología de Tareas de Usos Alternativos, en la que se pide a los participantes que propongan tantos usos alternativos como sea posible para un objeto cotidiano en un corto período de tiempo.
Para este experimento, llevado a cabo por dos investigadores de las universidades de Turku en Finlandia y Bergen en Noruega, se consideraron cuatro objetos: una cuerda, una caja, un lápiz y una vela, y la creatividad de las respuestas se calificó en cuanto a su originalidad de manera objetiva (calculando la distancia semántica entre el objeto y el uso propuesto) y su creatividad valorada de manera subjetiva.
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“El objetivo es generar ideas creativas, que a la gente le parezcan inteligentes, inusuales, interesantes, poco comunes, divertidas, innovadoras o diferentes. Tus ideas no tienen que ser prácticas o realistas; pueden ser tontas o extrañas, siempre y cuando sean usos creativos en lugar de usos ordinarios”, se les dijo entre otras cosas a los participantes.
En promedio, las respuestas generadas por el chatbot obtuvieron puntuaciones significativamente más altas que las respuestas humanas, tanto para la originalidad objetiva, con puntuaciones de 0.95 contra 0.91, como para la creatividad subjetiva, con 2.91 frente a 2.47.
Las calificaciones a las respuestas humanas tuvieron un rango mucho mayor; es decir, las puntuaciones mínimas fueron mucho más bajas que las obtenidas por los chatbots, pero las máximas fueron generalmente más altas, y la mejor respuesta humana superó a la mejor respuesta de cada chatbot en siete de ocho categorías de puntuación.
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