En boca cerrada…

Alguien que de plano no sabe cuándo guardar silencio, y menos cuándo hablar de forma responsable ante una crisis, es el senador Gerardo Fernández Noroña. Las declaraciones inoportunas le dieron a los trumpistas el pretexto que buscaban para detonar el conflicto contra los demócratas disfrazado de operación migratoria y, a pesar de eso, Noroña sigue hablando de más.

El senador celebra las manifestaciones que derivaron en disturbios e incluso habla, sin razón, de que fue la presencia de la Guardia Nacional la que detonó la violencia, cuando cualquier que haya seguido los hechos en Los Ángeles, sabe que los disturbios sabatinos sirvieron de pretexto al presidente Trump para enviar la Guardia Nacional el domingo y meter al gobierno federal, de lleno a California para quebrar la autoridad del gobernador demócrata.