La UAEH suspende alumno por difundir imágenes indebidas

CIUDAD DE MÉXICO, 25ABRIL2020.- “Agua de las verdes matas, tú que me tumbas. tú que me matas, tú que me haces andar a gatas”, se lee a las afueras de la pulquería la Paloma Azul, una de las 34 pulquerías tradicionales que sobreviven en la gentrificada capital del país, hoy cerrada por la contingencia sanitaria que se vive en el territorio nacional a causa del Covid-19. Pandemia que ha infectado a más de dos millones de personas y ocasionado la cancelación de eventos mundiales, así como el cierre de millones de pequeñas y medianas empresas, lo que representa la perdida de más de 100 mil empleos. Carlos Beltrán, párroco de la pulquería y quién maneja las redes sociales de la misma, es uno de los afectados pues su centro de trabajo y de convivencia desde hace más de cinco años bajó las cortinas recién se dictó Emergencia Sanitaria en la ciudad. Sin embargo, motivado por su amor al pulque, la falta de un ingreso fijo y las constantes preguntas de los clientes de sí estarían dando servicio para llevar, lo llevó a emprender en las entregas a domicilio. Así que, montado en su bicicleta realiza las entregas en la colonia Portales Norte, “cuando mucho que este a quince minutos” aclara el también fotógrafo, “los pedidos muy lejanos se envían en Uber o Didi y se cobra lo que marque la aplicación”. Así se las ha arreglado el joven de 34 años quién cada dos o tres días recibe 90 litros pulque de Tlaxco, Tlaxcala para posteriormente curarlos en su casa (ubicada a tres cuadras de la pulcata). El historiador y quién a la par maneja la página de Pulquipedia en Facebook afirma que este servicio sólo será durante la cuarentena y espera regresar pronto. De esta manera es que Carlos mantiene lleno el tarro de la Paloma Azul. FOTO: GALO CAÑAS /CUARTOSCURO.COM