Al menos una agencia de seguridad de EU ya elaboró una ficha sobre el procurador General de la República, Raúl Cervantes, que será entregada al gobierno de Donald Trump. Podría parecer poco relevante, pues las oficinas estadunidenses con operaciones en México, sea la Agencia Antidrogas, el Buró Federal de Investigaciones o hasta la Central de Inteligencia (DEA, FBI o CIA, por sus siglas en inglés, respectivamente) redactan informes sobre instituciones y personajes de interés, pero en esta ocasión se ha colocado una alerta por lo que se denominaron los antecedentes de Cervantes y miembros de su equipo de trabajo.
La información que entregarán al equipo de Donald Trump para observar la actuación de la PGR en casos de corrupción y grupos criminales, es lo que denominan vínculos sospechosos con políticos y empresarios del norte del país, a quienes la DEA o el FBI ha investigado, y mantienen en listas reservadas como “personajes de interés”; también con operaciones financieras sospechosas detectadas en EU.
La revisión de una de las agencias sobre Cervantes incluyó a su círculo cercano de trabajo, colaboradores que designó en últimas horas que responden a cambios de primera línea y mandos intermedios.
El titular de la PGR lleva cuatro nombramientos clave que sorprendieron a las agencias, y en los círculos legales y de seguridad. El primero fue el director de la Agencia de Investigación Criminal, Omar Hamid García Harfuch, hijo del exdirector de la Dirección Federal de Seguridad -Javier García Paniagua- y nieto del general Marcelino García Barragán, con ocho años de experiencia en tareas de seguridad y cuatro en inteligencia, la carrera de Derecho trunca y un expediente de investigación abierto en EU.
El segundo fue la ratificación de Gilberto Higuera Bernal como subprocurador de Control Regional, que lo mantiene como el funcionario que mejor conoce la operación de la institución y con mayor poder en la PGR, al ser responsable de todas las delegaciones regionales. En el último año ha mostrado los resultados más lentos en investigaciones sobre corrupción contra funcionarios. Aunque su permanencia también puede ser entendida como el personaje que deberá responder por las pesquisas contra exgobernadores, por ejemplo, y en caso de fracasar deberá asumir el costo.
El retorno de Felipe de Jesús Muñoz Vázquez como subprocurador, ahora especializado en Investigación de Delitos Federales. No sólo dejó incendiándose Colima, donde era procurador hasta hace unas semanas y que aseguran que eso se debió a que estaba persiguiendo a cárteles de la droga. Su regreso a la PGR sorprende luego de que el año pasado se le cayeran algunos casos importantes en la Subprocuraduría Especializada en Investigaciones de Delincuencia Organizada (SEIDO), como fue el del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, Rubén Oseguera, El Menchito, o las primeras acusaciones por la fuga de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Las agencias de EU no han detectado operaciones financieras irregulares, aunque tampoco confían en él.
Por último, Sara Irene Herrerías Guerra designada subprocuradora de Derechos Humanos, Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad. Estudiosa del Derecho, dedicada a temas sobre trata de personas, violencia contra mujeres y personas desaparecidas, pero que no ha dirigido investigaciones de alta envergadura y, ahora, se encargará de las indagatorias sobre 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. De ella hay que recordar el episodio en que puso como su segunda al mando en la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) de la PGR (en 2011) a la hermana de la entonces candidata a la presidencia de México, Josefina Vázquez Mota, Margarita Silvia. Esto lo permitió pese a que violaba la ley, pues no era abogada, incluso tenía la carrera trunca de diseñadora y ni siquiera experiencia en esos temas, y le pagaba 170 mil pesos mensuales.
Son más de dos décadas de explorar en el periodismo desde un enfoque de seguridad nacional.
@Gosimai