Si piensa que los dolores de cabeza para el presidente Enrique Peña Nieto están llegando a su máximo, prepárese porque vienen muchos más. Dicen los que saben que las preguntas de los inversionistas extranjeros a través de sus embajadas y, en algunos casos como Estados Unidos, directamente a través de los gobiernos, sobre la falta de garantías en México están temiendo que todo lo esperado que llegara a este país para la reforma energética, se quede en el limbo.