Las cerca de 14 horas de diferencia entre Japón y América se han convertido en uno de los principales obstáculos que han tenido las emisoras y televisoras para transmitir el evento. Y a la tendencia de rating, que se encuentra en picada desde 2016, se suman otros factores que hacen de estos Juegos Olímpicos los menos vistos en Europa y Estados Unidos.
Según un análisis publicado en Reuters, la inauguración fue observada en vivo por 16.9 millones de televidentes en Estados Unidos, lo que marcó la audiencia más baja en los últimos 33 años.
El principal motivo es la diferencia horaria, ya que para ver las competencias en vivo, una persona en México o Estado Unidos debe sintonizar sus canales preferidos en un horario que va de las 23:00 a las 6:00 horas. Ante esto, muchas personas han optado por ver las retransmisiones durante el día e incluso buscar únicamente los resúmenes de la jornada.
En riesgo. Por la Covid, el número de reporteros en vivo es menor.
El bajo rating también se explica por la preferencia de los usuarios hacia las plataformas en internet. En México, empresas como Claro adquirieron los derechos de retransmisión, y se pueden encontrar tanto las competencias en directo como videos con las premiaciones, la historia de los atletas y sus mejores momentos en la contienda. La situación es similar en Estados Unidos, donde las grandes cadenas se apoyaron en internet para recibir vistas. Tal es el caso de NBCUniversal, que a través de varias de sus plataformas digitales ofrece la experiencia olímpica en el momento que los internautas lo deseen.
La pandemia es otro de los factores, y son muchas las formas en que se manifiesta. Desde el desinterés de los espectadores por la preocupación ante el virus hasta la pobreza que ha arrastrado a miles de familias en todo el mundo y las pocas oportunidades de esparcimiento con las que cuentan.
Y aunque el rating televisivo ha sido uno de los más bajos registrados en Europa y América, Reuters detalló que en Japón y Australia si se ha visto un aumento. En el caso del continente se registró un aumento de 20% en la audiencia, mientras que en el país anfitrión la ceremonia de inauguración fue vista por más de 70 millones de personas, convirtiéndose en el evento más visto en los últimos 10 años.