El Vaticano insistió en el tema, los medios internacionales retomaron el caso, diferentes sectores sociales en el país se pronunciaron y por supuesto los jesuitas, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador dedicó sólo ocho minutos al tema, y de paso le dejó toda la responsabilidad al gobierno del estado.
Las preguntas de los reporteros fueron sobre la presencia delincuencial, si ya se encontraron los cuerpos de las víctimas y cuántas personas se encuentran desaparecidas tras este acto criminal.
Y López Obrador aprovechó para hablar de nuevo del exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, del expresidente Felipe Calderón y su culpabilidad en la violencia actual, así como del “elefante lento” que es el Poder Judicial.
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Sobre el tema de los jesuitas comentó que se tiene identificado al responsable, que cuenta con una orden de aprehensión desde 2018 y reconoció la presencia criminal “desde hace muchos años” en la zona, le llevó ocho minutos y cambió de tema.
El papa hoy de nuevo, como jesuita que es, al final de su Audiencia General expresó: ¡Cuántos asesinatos en México! Estoy cerca con afecto y oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más, repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario”.
El homicidio de los sacerdotes jesuitas puso a la vista de todo el mundo la impunidad que impera en la sierra tarahumara, la violencia de la que son víctimas, y la falta de presencia militar y de autoridades, pero también de una estrategia de seguridad para frenar estos casos. MAAZ
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