A veces el presidente Andrés Manuel López Obrador se nota especialmente enojado en sus conferencias mañaneras sobre ciertos temas, y eso depende mucho de la información que le proporcionan sus más cercanos colaboradores, incluyendo al general Audomaro Martínez, director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Dicen los que saben que no siempre le entregan información confiable, pero don Andrés todo les cree.
Resulta, por ejemplo, que le reportaron recientemente que a partir de información que recabaron —dígase espionaje—, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, está utilizando sus vínculos académicos para ponerse en contacto con círculos en Estados Unidos y otros países ante el acoso del mandatario hacia el Instituto, obviamente con el añadido de la opinión que tienen sus colaboradores en el sentido de que la intención de Córdova es poner en mal a su gobierno. Esa es una de las tantas razones del enojo contra don Lorenzo.