Segunda parte del Manual para desestabilizar al gobierno enemigo. 7) Principio de renovación: Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. Hay que generar una agenda en una línea de tiempo, y debe ser intensa. Cuando se le acuse de inepto y esté por contestar el gobierno enemigo, mostrarlos corrupto, cuando esté por contestar, mostrarlo sanguinario.
8) Principio de la verosimilitud o credibilidad: Los argumentos deben parecer lógicos (aunque no lo sean) y eso se logra citando a académicos y científicos que den argumentos (no importa que sean erróneos). Por ejemplo, alguien que demuestre matemáticamente que se necesita demasiados recursos que no tenemos, para generar un incendio de tal cantidad, que es imposible desaparecer y cremar tantos cuerpos en tan poco tiempo. Negarlo todo; siempre. Recuerden que los argumentos se pueden construir con fuentes diversas y son mejores si la masa las capta de informaciones fragmentarias, así creerán que ellos son codescubridores de la verdad que les trasmitimos.
9) Principio de la silencio: acallar las cuestiones sobre las que no tenemos argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario; ridiculizar si es necesario. Esto es fundamental en el punto en el que nos encontramos: quien esté contra la causa, es un enemigo o un imbécil. 10) Principio de la transfusión: por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, como un complejo de odios y prejuicios tradicionales: promover la desigualdad, el revanchismo, el racismo. Se trata de difundir argumentos que se puedan arraigar en actitudes primitivas. Recuérdenlo, el ser humano es un animal. 11) Principio de la unanimidad: convencer a mucha gente de que los que se oponen a nosotros, “se oponen a la mejoría”. Deben hacerles creer que es posible “despertar” y posteriormente, hacerlos creer que “todo el mundo” (nacional e internacionalmente) piensa como nosotros, creando una falsa impresión de unanimidad. Y recuerden la regla no escrita: “Mentir, mentir, mentir... algo siempre queda”. Ihr Heil Hitler! P. Joseph Goebbels. ¡Viva Alemania, viva Hitler, muera la Gran Bretaña! Ordeno enviar copia de estos 11 principios a todos los encargados de la propaganda del ministerio y del Reich. La guerra bien vale cualquier sacrificio. Berlín, Abril de 1942 El hombre se ha olvidado del frío apenas termina de leer el documento amarillento y no sabe qué hacer con el. Por un momento, cruza por su mente la posibilidad de desaparecerlo. Una cerilla y nadie recordará estos once principios de Goebbels. Está tentando. Lo medita. Después de todo, ¿quién se podría dar cuenta? Por el otro lado, quizás sea necesario conservar el documento, estudiarlo, recordarlo, para que las nuevas generaciones no olviden jamás lo sucedido. No sabe, de verdad no sabe qué hacer y por lo tanto, decide dejar la decisión a la suerte y echar un volado con una moneda de plata…