Jonathan Nácar
La violencia en México alcanzó un estado crítico. Los crímenes cometidos en el gobierno de Enrique Peña Nieto superaron en 21% a los ocurridos en plena guerra contra el narcotráfico emprendida durante la administración de Felipe Calderón.
En promedio, cada mes son asesinadas en el país casi mil 500 personas. Esto significa que por lo menos 250 habitantes más pierden la vida de forma dolosa, comparado con la época más violenta de la administración panista.
Septiembre fue el peor mes de este año, pues rompió todas las marcas, ya que las denuncias significaron un incremento de 500 crímenes.
Lejos del discurso triunfalista que asumieron las autoridades en esta administración, las evidencias que aportan las estadísticas oficiales son contundentes: actualmente hay más homicidios, más fosas clandestinas, más víctimas y, al menos, 11 mil 806 denuncias más por ese delito que en el sexenio pasado, expedientes que pueden incluir más de un crimen.
El incremento de homicidios se registró en 2008, cuando la ruptura al interior de los cárteles generó confrontaciones muy violentas y al mismo tiempo el Estado endureció su ofensiva contra las organizaciones criminales. Tres años después, en 2011, se alcanzó la mayor cifra de muertes al superar a 1995, año que mantenía el mayor reporte con 22 mil 852 denuncias por homicidio doloso.
Desde 2012, poco antes de que iniciara el gobierno de Peña Nieto, se comenzó a registrar un ligero descenso en las denuncias por homicidios en el país. Esa tendencia fue mantenida por el priista, tras cambiar la estrategia de confrontación directa que mantenía su antecesor a un repliegue de las fuerzas federales: primero encerrados en los cuarteles y después con vigilancias de menor perfil y acciones directas con información de inteligencia.
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Así transcurrieron los primeros tres años peñistas y a partir de 2015 las muertes violentas despuntaron. De enero a octubre de 2016 suman 17 mil 63 expedientes por ese delito, lo que significa un aumento de 21.1% en comparación con el mismo periodo del año anterior. De acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), al comparar la cantidad de homicidios intencionales que ocurrieron en los primeros 47 meses de Calderón Hinojosa con el mismo lapso de la administración de Peña Nieto, hay un alza en promedio de 250 denuncias más en el actual.
El país pasó de un promedio mensual de mil 234 a mil 485 personas muertas.
A partir de julio de este año la situación empeoró y cada mes la cantidad de homicidios va en aumento. Con mil 946 denuncias registradas, septiembre de este año se colocó como el más violento de lo que va del actual sexenio. La geografía de la violencia también se modificó. En la administración calderonista, Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz fueron las entidades en las que la violencia mostró un rostro más crudo.
Durante la gestión de Enrique Peña Nieto el índice de muertes violentas no sólo se recrudeció, sino que se extendió. Entre 2014 y 2015 se dispararon los homicidios en 21 entidades y sólo 11 disminuyeron en la cantidad de denuncias.
Las entidades cambiaron casi en su totalidad de una administración a otra, pues en el Estado de México resultaron cuatro mil 581 víctimas; Guerrero, tres mil 530; Chihuahua, dos mil 441; Jalisco, dos mil 174 y Michoacán, dos mil 28.
En el país se reportaron 32 mil 687 denuncias por homicidio doloso y 35 mil 997 víctimas fueron registradas a nivel nacional, durante el periodo que comprende enero de 2014 a diciembre de 2015.
Más víctimas, más fosas
La medición de los casos de asesinato con la cantidad de víctimas también arroja una situación preocupante para este gobierno, pues en los primeros 10 meses del año, la cantidad de personas asesinadas se elevó 21.8% en el caso de 2015 y 29.2% más con respecto a 14 mil 571 víctimas de homicidio doloso contabilizadas en el país en 2014. Es decir, en 2016 se registró el mayor número de denuncias y víctimas de los últimos tres años.
La localización de fosas clandestinas y cadáveres abandonados es un problema que crece en esta administración, pese a que el SESNSP no considera el número de cuerpos hallados en fosas clandestinas dentro de la estadística de homicidios, el Secretariado cuenta con el registro de 574 sepulturas donde se han localizado mil 369 cadáveres. La propia autoridad reconoce que no cuenta con el número exacto de personas enterradas de forma ilegal, porque en algunos casos sólo se localizan partes de los cuerpos. Lo que sí precisa es que de 148 entierros clandestinos contabilizados de enero a octubre de 2014, la cantidad ascendió a 181 en el mismo periodo de 2015. Hasta octubre de 2016 suman otras 176 sepulturas localizadas. El mapa del crimen 
muestra que 50% del total de cuerpos localizados en fosas ilegales fue en Guerrero con 636 cadáveres, seguido de Veracruz, Tamaulipas y Michoacán con 144, 89 y 87 cuerpos, respectivamente.
El panorama del clima de violencia que impera actualmente es difícil. Así lo considera el SESNSP, al basarse en las estadísticas de cada entidad, pues prevé que al culminar 2016, el número de muertes violentas se dispare en 20% más en relación al año pasado; es decir, una proyección de 20 mil 476 denuncias por ese delito. Esto significará el mayor incremento en lo que va del gobierno de Enrique Peña Nieto.
De seguir esa tendencia, el SESNSP pronostica que al culminar 2016, la tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes será de 16.7%, lo que implica un aumento del 19% con respecto a la tasa de 14.1% con la que cerró 2015 que ya arrastraba un incremento de 7.5%, en relación a 2014.