El consumo de la moda ha cambiado. Las tradicionales y famosas marcas de lujo han cedido el lugar a otras que en apariencia no son tan caras como las primeras, pero en realidad su costo es mucho más alto al convertir sus piezas en limitadas y poco accesibles.
El Urban Street es común en las personas más jóvenes y ha logrado lo que muchas tendencias de la moda no han podido conseguir: contagiar a personas más adultas e, incluso, que buscan entrar al grupo selecto de contar con una prenda o accesorio de esas inalcanzables producciones y portarlas al mismo tiempo que las juventudes.
Una muestra de ello es, sin duda, el uso de sneackers. Las chicas empezaron a lucirlos con sus vestidos y faldas, mientras que los chicos portaban pantalones de vestir.
Las personas más adultas lo adoptaron y ahora es todo un must vestir de esa forma, algo que antes era impensable.
Las firmas como Louis Vuitton, Chanel, Dior y sobre todo, Gucci, integraron elementos de fantasía en sus diseños para marcar tendencia y estar a la vanguardia.
Así, el tradicional modelo bordado Ace de Gucci, que son los sneackers blancos con las cintas de la marca a lo largo y el bordado de la abeja al costado se convirtieron en una pieza obligada que todos querían portar.
A partir de ello, cada firma generó su propia producción siendo atrevidos e introduciendo más elementos que lograran una diferencia, pero no contaban con las marcas urbanas que llegarían de forma veloz a derrotarlas como lo han hecho Off -White, Bape, Supreme, Huf Kith, Nike, Adidas, Vetements, Stüssy, Undercover, Obey, Comme des Garcon, entre muchas otras, que lograron penetrar en el mercado y colocarse en la mayor preferencia por sus ediciones limitadas e intervenciones.
Esto ha llegado a tal grado que firmas consolidas de gran lujo han tenido que buscar colaboraciones con algunas de ellas para seguir en la tendencia y en la mente de los nuevos consumidores, en la competencia, por ejemplo, en el caso de la firma Louis Vuitton.
La casa de moda francesa ha tenido colaboraciones en varias ocasiones con la marca Supreme, Nike y Off-White para generar productos de edición limitada. Entendiendo aún más lo que ocurre en el mercado, la firma LV contrató al creador de la marca Off-White, Virgil Abloh, como el director Creativo de la colección para hombres desde marzo de 2018.
Así logró que los objetos de deseo del diseñador no sólo estuvieran en su marca, sino en las nuevas prendas que desarrollaría. Con esto, las ventas se incrementaron para la firma y consiguieron nuevos consumidores de sus productos. Una fórmula de éxito.
Pero el mercado no es tan sencillo para los consumidores y firmas.
Mientras más limitadas son las creaciones, más altos son sus costos
y en algunos casos inaccesibles, al dejar de ser productos y convertirse en objetos de deseo.
Cada firma coloca en sus boutiques un número limitado de prendas o accesorios y cada vez que cuentan con la presentación de una nueva temporada, las filas para comprarlas abarcan varias calles y en ocasiones hasta pernoctan con tal de tenerlas.
La producción se vende en pocas horas pero, también en muy pocas horas el mercado secundario especializados en estos productos, los ofrece con un sobre costo de 10 y hasta 50 veces más a su valor original. Por ejemplo, los Air Jordan 4 Retro “Cactus jack friends and family” al no haber salido a la venta, están disponibles en la tienda Flight Club ubicada en Los Ángeles, por la módica cantidad de 17 mil 500 dólares.
Lo que unos tenis Gucci pueden costar 590 dólares, los “Off-White Converse Chuck Taylor Vulcanized” (sí, unos Converse) tienen un costo de dos mil 500 dólares.
Las celebridades han sido las que iniciaron con la generación de esta tendencia, por supuesto, apostando a este tipo de mercado.
Recordemos el caso del rapero Kanye West que en 2016 anunció su bancarrota. Se asoció con Adidas y generaron los famoso Yeezy, unos sneackers que elaboraron en edición limitada y que la gente se volcó para conseguirlos.
Con ellos lograron generar para el rapero una ganancia de mil 500 millones de dólares.
Hoy, las que conocemos como firmas de moda tradicionales no valen ni son iguales a las streetwear y aunque parece que durará poco por sus altos costos, los nuevos diseñadores están realizando por cuenta propia intervenciones en esas marcas logrando crear un mercado aún más nuevo: el de los independientes con los consolidados para que la industria se siga transformando.