México, ante la crisis provocada por Trump

18 de Abril de 2024

México, ante la crisis provocada por Trump

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El gobierno mexicano repudió la separación de niños de sus padres, pero esto no será suficiente, tendrá que pensarse una estrategia de mayor envergadura

En los meses que Donald Trump ha estado en el cargo de presidente de Estados Unidos ha aprendido que no se puede divorciar del mundo. Por más que odie y se quiera encerrar, la interconectividad mundial le impide llevar a totalidad su sueño de grandeza estadounidense a costa del aislamiento de los demás. Pero como marido golpeador y abusivo contra su esposa de la que se sabe dependiente: si no te puedo dejar, al menos que el matrimonio te sea lo más costoso posible.

En México, luego de dos meses de cobertura mediática en Estados Unidos, por fin prendió el tema y llegó la indignación. Con ella, la posición del gobierno mexicana, vía la Cancillería, que poco puede hacer por influir en la política interior referente a la migración. Desde hace semanas, como se reportó en este espacio, el periódico Washington Post y otros daban cuenta de los niños migrantes que el gobierno de Trump había retenido, con su nueva política de “tolerancia cero”, en la frontera con las familias que cruzaron ilegalmente a los Estados Unidos.

Las autoridades estadounidenses ahora están deteniendo y procesando a cualquiera que intente cruzar la frontera ilegalmente, incluso a aquellos que buscan asilo porque huyen de la violencia, a algunos de los cuales se les impide llegar a los puertos de entrada oficiales. Dentro de las familias, los padres son acusados de un delito, pero los niños no, lo que los lleva a separarse. Casi dos mil infantes fueron apartados de sus familias entre el 19 de abril y el 31 de mayo, como resultado de esta política. En algunos casos, los niños son demasiado pequeños para hablar.

Hay más de 10 mil niños no acompañados en las instalaciones y centros de detención de Estados Unidos. Algunos han sido separados de sus padres, mientras que otros llegaron solos a la frontera. Pero el enfoque de “cero tolerancia” significa que, por primera vez, una política oficial exige la división de las familias. Según las cifras de Seguridad Nacional, los funcionarios habían separado a mil 995 niños de mil 940 adultos para fines de mayo. Hasta ahora, más de dos mil niños, probablemente traumatizados, se hayan agregado al ya abrumado sistema estadounidense para tratar con inmigrantes jóvenes.

Casi mil 500 niños de entre 10 y 17 años han sido amontonados en un refugio dentro de un antiguo Walmart en Brownsville, Texas. Un reportero que visitó esa instalación describió a los niños como “encarcelados” porque comían por turnos, tenían sólo cuatro metros cuadrados de espacio habitable y pasaban sólo dos horas al aire libre cada día. La administración de Trump está construyendo actualmente “ciudades de campaña” cerca de la frontera para albergar a muchos niños indocumentados que llegan a los Estados Unidos.

Bajo esta nueva política de inmigración de “tolerancia cero” del fiscal Jeff Sessions, todos los que intentan cruzar la frontera, incluso aquellos que buscan asilo, están siendo enjuiciados. Expertos, grupos de salud mental y organizaciones de derechos humanos dicen que esto podría causar daños graves y duraderos a los niños y a sus padres.

Como lo han estado reportando diferentes medios, desde los nacionales como CNN y New York Times, hasta los europeos como The Guardian, los bebés fueron arrancados de los brazos de los padres. Los informes sobre lo que les está sucediendo a los niños y a las familias que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México han conmocionado a muchos, desde reporteros de la Casa Blanca hasta líderes religiosos conservadores. Incluso al interior del partido Republicano pocas veces durante la presidencia de Trump se habían escuchado tantas voces que van contra las políticas de Trump.

Sin duda, la política de Trump es de disuasión. Las imágenes que han horrorizado al mundo fueron dadas a conocer a los medios por la misma Patrulla Fronteriza, que pretende utilizar las jaulas y a los niños como proponganda para evitar que los centroamericanos se sigan animando a cruzar la frontera por México. Pero la pregunta del por qué esta actitud y política de Trump es esencial para entender la respuesta que el gobierno mexicano habría de implementar en el corto plazo, más allá de la respuesta inmediata del martes pasado.

Por una parte, Trump se ha dejado influenciar en numerosas ocasiones por Stephen Miller, el arquitecto de políticas como la prohibición musulmana y ahora la de las familias separadas y cárceles para menores. Miller ha dejado en claro en diferentes entrevistas que ve el tema de migración como algo que le suma constante e inmediatamente a Trump con su base. Un problema político ganador para su jefe. Y es que aunque las encuestas continúan mostrando una desaprobación generalizada de algunas de las principales posiciones migratorias de Trump, no importa. En opinión de Miller sobre el panorama electoral, el presidente está ganando en cualquier momento que el país se centre en las encuestas de inmigración y los titulares malos sean condenados.

›Por otra parte, se encuentra la negociación del Tratado de Libre Comercio con México y Canadá. Es una mesa en la que Trump no ha tenido un triunfo y en el cual México ha intentado ligar su agenda de seguridad y migratoria a la misma. La estrategia en ese sentido para México comienza a resultar costosa, pues aunque hay hondureños, salvadoreños y otros centroamericanos detenidos en la frontera, eventualmente México tendrá que hacer frente al probarse de manera migratoria y a nivel de asilo ante lo que promete ser una crisis con las deportaciones unilaterales de Trump a México.

Y por último, pero no menos importante, se encuentra Jeff Sessions. El fiscal general de Estados Unidos que ha perdido el favor de su jefe Donald Trump por el caso Rusiagate. Conforme el nivel de presión por parte de Robert Mueller aumenta, en la misma medida Trump desvía su atención con otros temas que le permiten pivotar la conversación hacia otros enfoques y discusión pública. Sessions fue atacado en diferentes ocasiones a nivel público por parte de Trump, por haberse excusado de la investigación y haberle dejado el camino libre a Mueller con su investigación.

Un agravio más contra México por parte de Trump que se mete al saco de los insultos. Sin embargo, ahora la apuesta es más elevada por las vidas y derechos que están en juego. México debe pensar en otra manera de afectar a Trump y a su gobierno, por más costos que esto pueda implicar para el gobierno mexicano.