México, entre las armas y los empleos

“En México es más fácil encontrar un arma que encontrar un buen empleo”, aseguró el director de Una jauría llamada Ernesto, un documental que muestra a jóvenes menores de edad que están familiarizados con el uso de armas de fuego. La aseveración de Everardo González contrasta la realidad en un país que en la primera semana de noviembre registraron en promedio al día 75 asesinatos, mientras que más de la mitad de los mexicanos trabajan en la informalidad.

En un sentido similar se pronunció Marcelo Ebrard en noviembre del año pasado cuando aún era canciller: “Todo nuestro país tiene una pandemia de armas con diferentes grados de intensidad”. Esto durante un evento del Colegio de México en el cual se abordó el tema. Y es que el actual gobierno mexicano ha marcado como una de sus prioridades combatir el tráfico ilegal de armas desde Estados Unidos.

Cifras oficiales refieren que al año entran, desde la frontera norte, alrededor de 200 mil armas a México; de 2001 a 2021 se estimó el ingreso de 2.5 millones de ellas. Por ello es que el gobierno del pressidnete López Onbrador decidió demandar a un grupo de armerías estadounidenses. Aunque en respuesta, autoridades del país vecino han respondido que se trata de una responsabilidad compartida.

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Dicha consigna fue respaldada por Everardo González, quien aseveró que “una cosa es que ellos (Estados Unidos) hagan las armas usadas por los cárteles y otra cosa son las manos mexicanas que las cruzan y reparten”. Pero el cineasta fue más allá y lamentó que algunos de los “últimos depositarios” sean menores de edad de entre 10 y 14 años.

Además, entre 2015 y 2021 se reportó un incremento un 120 % en la cifra de homicidios cometidos con armas de fuego. Al respecto, el cineasta subrayó que los grupos criminales (mayor receptor de las armas que ingresan desde el norte) están ligados a “todos los organismos del Estado”.

De ahí que el director de Una jauría llamada Ernesto acotó (familiarizado con la situación por la temática que aborda en algunas de sus obras) que es más probable que en nuestro país se encuentre un arma que un buen empleo.

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En este sentido, hay que señalar que en junio pasado el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) reportó que 48 millones 828 mil 625 mexicanos tienen empleo, pero solo el 44 % (21 millones 484 mil 595) lo hacen de manera formal; mientras que el otro 56 % se encuentra en la informalidad (27 millones 344 mil 030).

Otra estadística que refleja lo denunciado por Everardo González es que en enero pasado se reportó la creación de 111 mil 699 empleos; sin embargo, la cifra se ubicó por debajo de las 345 mil 705 plazas laborales que se perdieron un mes antes.

Al advertir ambas particularidades convergiendo en el mismo país, la afirmación del documentalista mexicano cobra más fuerza. Cada vez hay más armas y más desempleados (o personas en la informalidad) en el país.

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