De dientes para afuera

25 de Abril de 2024

Gabriela Sotomayor

De dientes para afuera

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En estos días se lleva a cabo la 74 Asamblea Mundial de la Salud en su edición virtual debido a la pandemia. Algunos gobiernos hicieron propuestas concretas, otros pasaron de noche, otros hicieron reclamos, pero la intervención del secretario de Salud de México, Jorge Alcocer, llamó la atención porque parecía que hablaba desde el mundo mágico de Disneylandia.

Me imagino que varios pares del secretario y el personal de la OMS alzaron la ceja cuando lo escucharon hablar sin ningún sentido de urgencia, monotonal, como si el país no hubiera pasado por una grave crisis por la Covid. Lo que más resaltó de sus palabras no fue lo que dijo, sino lo que calló.

Me hubiera gustado ver a un funcionario reconociendo lecciones aprendidas en los tiempos más acuciantes de la pandemia, hablar de errores como la subestimación de la gravedad del virus, la falta de dirección clara para la población, la escasez de pruebas, el uso del modelo centinela, la negativa para contener los casos, ausencia de rastreo, poca vigilancia en los puntos de entrada del país y la reapertura a ciegas.

No dedicó ninguna palabra a los muertos por la pandemia en el país que pueden ser hasta 600 mil, tampoco expresó su dolor ni ofreció disculpas porque en México han fallecido el mayor número de trabajadores de salud de todo el mundo y es el único que ha abandonado a su suerte a médicos del sector privado y del sector público que no atienden Covid negándoles la vacuna.

Y para quienes han estado rifándosela en primera línea, muchas veces sin equipo de protección adecuado, a todos ellos no les dedicó un guiño de simpatía, cuando en contraste el director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus al abrir la cumbre instó a proteger al personal de salud y privilegiarlo con las vacunas, con buen salario y con absoluto respeto.

El secretario prefirió dar un discurso digno del movimiento musical Viva la Gente: “Hoy que construimos la utopía con los pies en el terreno hablamos de esperanza y de convicción (…) No superaremos la crisis sanitaria a menos de que exista solidaridad y un pleno compromiso por la salud pública’’.

“En palabras de nuestro presidente (Andrés Manuel López Obrador), la salud debe ser para todas las personas en todos los lugares’’, dijo Alcocer, pero hubo total silencio sobre los recortes de presupuesto para el sector salud desde que inició el sexenio. Y sí, es muy bonito el deseo de que haya salud en todas partes, pero eso debería comenzar por garantizar el derecho a la salud de todos los mexicanos. Es obligación del Estado.

Habló de la cooperación para la elaboración y envasado de las vacunas, “con el apoyo de gobiernos amigos como los de Argentina, China y Rusia hemos promovido el llenado y terminado de vacunas seguras y eficaces en nuestro país’’, agregó Alcocer, pero ¡ups!, pequeño detalle: se le olvidó agradecer a Reino Unido por la transferencia de tecnología de AstraZeneca gracias a lo cual se pudo manufacturar con los argentinos.

“Debemos avanzar hoy, no mañana, en el fortalecimiento de nuestros sistemas de salud para luchar contra el Covid-19 y además contra la mortalidad materna, el Sida y las enfermedades no transmisibles’’, dijo con su voz pausada, pero sin mencionar la escasez de tratamiento para niños con cáncer y que han muerto al menos mil menores que pudieron haber ganado la lucha contra esa enfermedad.

Si supieran en la OMS que el pobre AMLO es una víctima y todo es parte de un sabotaje a su delicada persona, que es un mito lo de la falta de medicinas para niños con cáncer y la carencia de vacunas infantiles que nunca habían faltado, pero Alcocer insistió: “Hoy, no mañana, debemos continuar reconstruyendo nuestros sistemas de salud bajo el enfoque de la atención primaria de la salud’’. Entonces, ¿por eso quitaron el Seguro Popular?

Así, con más pena que gloria pasó la 4T por la Asamblea Mundial de la Salud con un discurso hundido en la intrascendencia y la cursilería. Con palabras dichas por el secretario desde su cómodo sillón y de dientes para afuera, sin sustento, ni sustancia, tirando por la borda una oportunidad de ser relevante en la arena internacional. De pena ajena.

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