El presidente Andrés Manuel López Obrador pretende que el país retroceda en el tiempo con su iniciativa de reforma eléctrica que hace corto circuito con las energías limpias y elude la responsabilidad del estado de garantizar el derecho de la población a un medio ambiente más sano y respirable. Su compromiso con el Tratado de París contra el cambio climático es nulo.
A menos de un mes de que se lleve a cabo la cumbre climática de Glasgow, el gobierno de Palacio Nacional se burla ante la comunidad internacional que se alista a poner sus compromisos sobre la mesa para frenar los efectos del calentamiento del planeta.
La iniciativa de reforma de AMLO plantea la eliminación de los Certificados de Energías Limpias, un instrumento diseñado para incentivar la construcción de nueva infraestructura de generación mediante fuentes renovables. Para Greenpeace la reforma “sin duda sería un grave error y un retroceso en el camino hacia democratizar la energía” y deja claro que “las energías renovables (en el texto “intermitentes”) no son consideradas ni seguras ni confiables por las autoridades, por lo que no serán consideradas a pesar de tener costos nivelados mucho más bajos’’.
“Esto abre la puerta también a que tecnologías que no estaban siendo despachadas por su alto costo de generación, ambiental y de salud, como el carbón y combustóleo puedan ser despachadas de manera prioritaria” remarca Greenpeace que critica que el sector es el que más aporta emisiones de gases de efecto invernadero.
Por otra parte, los generadores eólicos y solares ya han contribuido al desarrollo sustentable del país. El 99% de la energía eólica y solar que se genera, producto de inversión privada, ha permitido la mitigación de 19 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera cada año.
¿La idea es que el consumidor pague más por energías más sucias?¿El objetivo es que las ciudades más contaminadas del país se contaminen todavía más? ¿O se busca que millones de mexicanos paguen además con su salud?
México y los países de América Latina tienen que avanzar y montarse en la ola de energía renovable ya que es una de las regiones que ha sido más castigada por el calentamiento global tal como documentó la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Según la OMM el año 2020 fue uno de los tres años más cálidos en México/América Central y el Caribe y el segundo año más cálido en América del Sur. Las temperaturas se situaron en 1 °C, 0.8 °C y 0.6 °C por encima de la media de 1981-2010, respectivamente.
Las temperaturas en la región han aumentado más que la media mundial “y es probable que sigan haciéndolo”. También la OMM pronostica cambios en la distribución de las precipitaciones, así como una intensificación de la subida del nivel del mar, las inundaciones costeras y las olas de calor marinas.
“La región de América Latina y el Caribe es una de las más afectadas por los fenómenos hidro-meteorológicos extremos. El año 2020 fue testigo de ello, con la muerte y la devastación causadas por los huracanes, sequías e incendios.
Entre las repercusiones destaca la escasez de agua y el desabastecimiento energético, las pérdidas agrícolas, los desplazamientos de población, el deterioro de la salud y la seguridad, cuestiones que agudizaron los problemas derivados de la pandemia”, dijo en Ginebra el titular de la OMM Petteri Taalas.
¿Es este retroceso a los años 70 el compromiso de AMLO con las nuevas generaciones? ¿Así quiere promover su liderazgo en América Latina? ¿Es esta reforma la propuesta de AMLO para Glasgow?
Ahora el futuro de los pulmones del país está en manos de los legisladores, especialmente los de la bancada del PRI, a quienes ya les advirtieron que serán demonizados si votan en contra. Estará por verse si se ponen del lado correcto de la historia y evitan que México se hunda en combustóleo y apagones. Los mexicanos merecen respirar en un ambiente limpio y más iluminado.
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