El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, culpa a China por esconder información clave sobre el virus letal que tiene al mundo de rodillas, también culpa a la Organización Mundial de la Salud por ser “títere’’ del gigante asiático e incluso por alabar su respuesta para contener el virus.
“Hay muchas formas de hacer que rinda cuentas. Estamos llevando a cabo investigaciones muy serias y no estamos contentos con China”, acusó Trump en Fox News.
“Creemos que (el virus) podría haber sido detenido desde su origen, podría haber sido frenado rápidamente y no se hubiera esparcido por todo el mundo”, agregó.
Además, Trump anunció su salida de la OMS en plena pandemia porque era mejor dirigir los proyectiles hacia otra parte cuando las críticas le llueven en su contra por la falta de control de la emergencia y su pobre capacidad de gobernar.
El magnate en lugar de pedir asesoría a la OMS sobre la situación en su país con un repunte de casos en casi todo el territorio o escuchar puntos de vista para corregirlo, prefiere hacer daño y cortar su aporte económico al organismo. Todo antes que reconocer un error de cálculo.
Como bien lo dijo la líder del partido demócrata Nancy Pelosi, Trump es tan prepotente “que es como el hombre que se niega a pedir direcciones” . El líder de la Casa Blanca jamás reconocerá que perdió el rumbo.
En el tiradero de culpas también se forma Alemania.
El periódico
Bild hizo las cuentas del daño económico que ha dejado la pandemia en el país en un editorial titulado “Lo que China nos debe” publicado en abril.
El editor jefe del diario alemán, Julian Reichelt, atacó al líder chino Xi Jinping, de
saber desde un inicio que el coronavirus era altamente contagioso, pero prefirieron “dejar al mundo en la oscuridad”.
El gobierno de Beijing “vigila todo, a todos los ciudadanos, pero se niega a vigilar los mercados húmedos de su país. Cierra todos los periódicos y sitios web que critican su gobierno, pero no los puestos donde se vende sopa de murciélago. No sólo ponen en peligro a su gente, sino al resto del mundo”, lanzó.
Y para rematar el diario le pasa la factura a Xi por 160 mil millones de dólares que es lo que calculan había perdido Alemania por la pandemia.
Otro que también se sumó a las acusaciones fue el líder de la oposición italiana, el ultraderechista
Matteo Salvini,
quien le subió de tono y culpa a China de haber cometido
“crímenes contra la humanidad” por encubrir durante varias semanas la epidemia de coronavirus
y
cuestionó la ofensiva diplomática con la que Beijing buscó presentarse como “salvador del mundo”
y reescribir así el relato sobre el coronavirus cuando Italia era el epicentro de la pandemia.
Pero China no se quedó atrás y culpa a los europeos por llevar el virus hasta su territorio.
Wang Guangfa, asesor de salud pública del gobierno, pidió a la OMS investigar el origen del coronavirus en Barcelona porque en marzo de 2019 se detectó el Covid-19 en un análisis de las aguas negras realizado en la ciudad condal y también en aguas residuales en Milán y Turín en diciembre de 2019.
Entre el fuego cruzado de culpas la OMS considera que es de vital importancia detectar el origen de la pandemia para evitar futuros brotes y despejar dudas, pero sostiene que el origen está en Wuhan.
Por ello, decidió crear una misión internacional para investigarlo y desde el 10 de julio ya se encuentran de avanzada en China un experto de la OMS en salud animal y un epidemiólogo quienes discuten con el gobierno las modalidades para llevar a cabo la misión.
Está por verse si la OMS tendrá acceso a los lugares que solicite incluyendo el laboratorio que se encuentra a unos cuantos metros del mercado de Wuhan, porque hay sendas acusaciones de que el virus fue manipulado ahí.
Los dos expertos siguen con el estira y el afloje con Beijing. Todavía no se anuncia cuál será la composición de la misión, a qué lugares irán, ni cuándo comenzará. Entre tanto, es probable que las autoridades hayan borrado cualquier evidencia que los comprometa y están comprando tiempo para conseguir la vacuna, repartirla a manos llenas y que todo se olvide.
Cuando el mundo se va hundiendo en el torbellino de la enfermedad con más de 650 mil muertes y más de 16 millones de personas contagiadas, China sigue dándole largas a la OMS, a la comunidad internacional, continúa evadiendo sus responsabilidades por el retraso en el anuncio del brote y por la propagación del virus.
Que cada quien asuma sus culpas.