Nos dice la canción que posteó el Presidente que “esto pasará’’, pero no vemos escenas de la realidad y si bien esperamos que la crisis termine, qué tal si antes de irnos a los abrazos nos dicen cómo pasará y encaran la verdad llamándola por su nombre.
Interpretada por la talentosísima Eugenia León, con una letra bonita de la no primera dama, pero, una vez más, se pierde la gran oportunidad de hacer empatía con los 130 millones de mexicanas y mexicanos, porque no solamente son 22 millones los que pasarán estragos, perderán familiares, enfermarán y tendrán miedo hasta de respirar en el encierro.
Tampoco se entiende qué pasará ¿La chispa de los niños
? ¿La pachanga
? ¿Eso es lo que pasará
? ¿El país quedará tan mal después de la doble crisis sanitaria y económica que nos borrará la sonrisa de la cara
?
Las imágenes no concuerdan con la crisis, como el discurso de AMLO no concuerda con la realidad.
Qué lástima.
Sería alentador mostrar escenas de incansables enfermeras, enfermeros, camilleros, médicos, trabajando 24/7 agotados, temerosos porque muchos no tienen mascarillas, ni gogles, ni guantes, ni equipo, porque un gran número de personal de salud se ha contagiado y ha muerto. Era el perfecto momento de ofrecerles una mega disculpa por mandarlos a la línea de fuego sin fusil porque a la mera hora la 4T no estaba tan bien preparada. Hubieran podido decirles gracias, garantizarles que ese infierno pasará, pero no lo hicieron.
Muy conmovedor sería ver escenas de ancianos aislados, sin nadie que vea por ellos, que esperan la muerte a solas, que no tienen consuelo. Hubiera sido el momento para decirles que pasará esa profunda ansiedad en la que están inmersos, pero no lo hicieron.
Ideal mostrar a millones de niños resignados a su tele-escuela, aburridos, algunos mal tratados por la desesperación de los padres que perdieron sus empleos, niños que salen entusiasmados a aplaudir en sus balcones. Hubiera sido la oportunidad de oro para decirles que entienden su indescriptible situación, pero no lo hicieron.
Muy oportuno ver escenas del salón de belleza, la tlapalería, la tintorería, del taller de costura, de la taquería, de millones de microempresarios que junto con sus empleados están viendo negro el panorama. Hubieran podido decirles que están pensando cómo hacer para ayudarlos, que su angustia pasará, pero no lo hicieron.
No hay escenas de empresarios, ni de ricos. Eso está claro. Con ellos el gobierno canceló el diálogo desde el primer día de gobierno. AMLO dividió al país entre sus seguidores y adversarios y para los que no están de su lado la pesadilla pasará hasta el final del mandato.
Reconfortante sería ver salas de redacción que nunca cierran, miles de periodistas tratando de reportar la magnitud de la tragedia, que no duermen, que siguen amenazados, que a pesar de la pandemia seguimos viendo que nos están matando ¿Eso pasará ?
A las mujeres violentadas en su casa, golpeadas, agredidas, que no tienen a dónde ir porque les cerraron los refugios, sometidas ante machos empoderados porque están cautivas. A ellas nadie les cantó.
Increíble sería ver a miles de trabajadores en farmacias, en supermercados, trabajando horas extras para surtir a todo un país, agricultores, transportadores de alimentos, miles de empacadores, personal de limpieza, de laboratorios, soldados, bomberos, cadetes, seres humanos dándole duro tras bambalinas sin que nadie les aplauda. Hubiera sido maravilloso decirles que llegará el descanso, pero no lo hicieron.
El hubiera, no existe.
Es probable que el mensaje de la canción con su video más que insensible es perverso. Quizá es una clara advertencia de que ese México alegre al que adoramos es el que pasará y en el futuro el país se hundirá en un oscuro y triste pantanal.