Si al Subsecretario de Salud, Hugo López- Gatell, le parece bien tomarse unas vacaciones “en un lugar hermoso” cuando el país presenta cifras récord en defunciones, casos y los hospitales están a su máxima capacidad por el Covid-19, se puede entender perfectamente por qué el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, hizo un llamado al gobierno de México para que se tome “en serio” la pandemia.
El 30 de noviembre, ojo con las fechas, le pregunté a Tedros sobre el repunte de casos y muertes y el hecho de que el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue sin usar la mascarilla. Su respuesta fue demoledora: México está “en mala situación frente a la epidemia de Covid-19, se duplicaron el número de casos y muertes entre mediados y finales de noviembre. Nos gustaría pedir a México que se lo tome muy en serio”.
El aumento de casos y muertes “es muy mala señal”, valoró Tedros.“Queremos que los líderes sean modelos a seguir y que pongan el ejemplo” e instó a no politizar con el virus ni con el uso de la mascarilla porque eso “no ayuda a nadie”.
“Lo que le dijo a México se lo dice a todo el mundo”, mintió Gatell criticando que “le puse” la pregunta a Tedros. Ni se lo dice a todo el mundo y los periodistas, entre otras cosas, hacen preguntas.
Ese era el escenario en noviembre y todavía retrasó la alerta máxima en la Ciudad de México tal como documentó el New York Times acusándolo de “tergiversar” las cifras de ocupación de camas y de tasas de positividad para no pasar al semáforo rojo las primeras semanas de diciembre. Quizá su plan era seguir así hasta el Día de Reyes.
Se puede entender que el zar del coronavirus esté cansado y que haya estado bajo inmensa presión desde que pegó el virus, difícil imaginar la gran responsabilidad que lleva en sus espaldas cuando de sus decisiones, o de la falta de ellas, dependen miles de vidas.
López-Gatell le reclama a los que lo critican por tomarse unos días y afirma que no tiene “nada que ocultar”. ¿No? ¿Y las cifras que manipuló? ¿Y cuántos son los muertos en casa por falta de hospital? ¿Cuánta gente está infectada?
Si López- Gatell decide irse de vacaciones cuando miles de médicos se la rifan en la línea de fuego, si toma esta decisión tan equivocada e irracional, entonces estemos claros que las vidas de millones de personas dependen de ese magno cerebro que desde que empezó a circular el virus dijo sin tener ninguna evidencia que la enfermedad era como “un catarro” y que se iba a quitar con el calor.
Otra decisión incomprensible y adversa fue la de no hacer suficientes pruebas PCR, por eso nunca se ha sabido bien a bien en dónde está el virus, ni decidió hacer obligatorio el uso de cubrebocas.
No está claro quién decidió que el personal de salud tenga que acudir a un centro de vacunación, hacer enormes filas y esperar horas y horas para poder ser inoculados. Hubiera sido más fácil llevar la vacuna a los hospitales, tal como se ha hecho en Europa y Estados Unidos.
Anuncia que inmunizarán primero a los adultos mayores en las “zonas más apartadas”, muy bien, pero ¿cuándo vacunarán a los ancianos que están en las zonas de desastre que son los que corren más peligro? Preocupa la capacidad de discernir de López- Gatell con algo tan elemental como el momento oportuno para tomarse un descanso.
Pero lo que es de terror es que la persona que decide ir al mar y tomar sus micheladas a pleno sol cuando varios hospitales están al límite y escasean medicamentos para tratar a las personas intubadas, es la misma persona que toma las decisiones sobre la epidemia y el que estará al frente de la vacunación más complicada de la historia.
A pesar de que AMLO lo defienda a capa y espada por su buen currículum, si en momentos decisivos en los que el país se hunde en la pandemia y urge salir a flote López-Gatell no se la toma en serio y no tiene empacho en defraudar a quienes se quedaron en casa, pues mejor que se tome unas vacaciones vitalicias. Por su bien y por el bien de todos los mexicanos.