Para que México pueda sanar es necesaria una vacuna contra la ineptitud de sus autoridades. Desde el presidente Andrés Manuel López Obrador, pasando por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, y especialmente el subsecretario Hugo López-Gatell han fallado en la gestión de la pandemia, ojalá no se equivoquen con la tarea titánica de vacunar a millones de mexicanos. La campaña nacional de vacunación contra la Covid-19 será larga y más compleja de lo que parece y puede fracasar si la responsabilidad se deja en las mismas manos.
La Secretaría de Salud tiene gran experiencia en la vacunación, pero hasta el momento todo indica que López-Gatell, quien luce cada vez más enojado y desgastado, será el encargado de coordinarla. El virus seguirá rondando, López-Gatell tiene que controlar la epidemia y en vista de ello ¿no sería más atinado que otra persona se haga cargo de la vacunación e informar al público sobre sus avances? ¿O habrá que soportar las peroratas del rockstar ante cualquier anomalía? López- Gatell minimizó la epidemia desde un inicio y no siguió los lineamientos de la OMS, al contrario, la ignora. El organismo de la ONU aconseja vacunar primero a personal de salud, mayores de 60 y personas con comorbilidades e incluso publicó una guía exhaustiva de cómo llevar a cabo la vacunación con varias especificaciones ya que la logística que se necesita es brutal.
Con respecto al escueto plan de vacunación de la 4T es clarísimo que los primeros que deben ser inmunizados son los trabajadores de salud , incluyendo laboratoristas, porque son los que están en el frente y porque México es el país en dónde más personal médico ha muerto en todo el mundo.
Lo que preocupa son las fases siguientes. Se debe vacunar a los ancianos, eso es indiscutible, pero el promedio de edad de las personas que están muriendo en el país es de 55 años y mientras llega su turno en abril 2021 seguirá muriendo gente en la plenitud de su vida. El problema es que si se bajara la edad del segundo grupo a 55 años, el cuadro se complica pues se necesitaría vacunar a unos 15 millones de personas mayores de 60, más unos 11 millones entre 55 y 59 años, y para ello se necesitaría tener en febrero 52 millones de vacunas (si es dosis doble) lo que es improbable. Y, con respecto a las comorbilidades hay otro grave problema al momento de planear la estrategia pues según la OMS, en el país sufren diabetes entre 6.5 y 10 millones de personas entre 20 y 69 años y el 75.2 % de la población mexicana sufre algún grado de obesidad (sobrepeso 38.8% y obesidad 32.4%). El grupo que presentó la mayor prevalencia de obesidad es el de los adultos de 40 a 49 años (40.5% ), pero en los grados más altos de obesidad (grado II y III) se observó una mayor prevalencia en los adultos de 50 a 59 años (14.3%). A este escenario se suman unos 30 millones de personas que sufren hipertensión arterial en el país.
El plan de la 4T se basa en la edad, pero no detalla cuándo serán vacunadas millones de personas que sufren diabetes, hipertensión o un padecimiento grave, y si son menores de 40 ¿tendrán que esperar hasta junio de 2021 si bien les va? Y ¿quiénes serán los encargados de llevar a cabo la vacunación? ¿Pasantes de medicina, trabajadores sociales, con cuánto personal se cuenta para inocular a la población? ¿O las fuerzas armadas también saben inyectar? ¿Cuál será exactamente su papel?
Para lograr el control de la epidemia los científicos afirman que el 70% de la población debe ser inmune, ya sea gracias a la vacunación o porque sobrevivieron a la infección. La llamada inmunidad de rebaño. En este sentido, Thomas Cueni, director general de la Federación Internacional de Farmacéuticas afirmó que para el verano del 2021 se estima que habrá 10 vacunas contra Covid-19, “un avance sin precedente”. Sin embargo, recalcó que una cosa será tener la vacuna, “pero lo que nos preocupa es si los países están listos para lanzar la vacunación”. ¿Está listo México para la vacunación contra Covid-19 cuando está con el agua al cuello por una ola de ineptitudes?