Cada vez un mayor número de mujeres han aceptado realizar tareas de distribución de drogas en pequeña escala para sobrevivir y sostener a los suyos La guerra en contra de las drogas en América Latina y el Caribe (ALyC) ha dejado numerosas y dolorosas huellas, y como suele suceder, son siempre los grupos más vulnerables quienes se enfrentan a las mayores pérdidas, en este caso las personas más pobres y, de entre ellos las mujeres y los niños; quienes se han visto atrapados en la extrema violencia que ha provocado el narcotráfico y la corrupción en algunas regiones.
Las mujeres, niños y jóvenes de algunas regiones de Latinoamérica, han pasado a ser las víctimas “perfectas” para la trata con fines sexual y trabajos forzados, que en muchas ocasiones son asesinados con exceso de violencia, también se han convertido en reclutas remplazables para trabajos menores de los cárteles y grupos criminales, su destino en el mejor de los casos, es la cárcel.
Son por decirlo de alguna forma los combatientes que van al frente en una guerra cuerpo a cuerpo. Por eso mismo son ellos quienes han asumido los mayores costos de la guerra, siempre con su vida y libertad, sus hijos y otros dependientes económicos quedan desamparados y nuevamente a merced de los grupos criminales.
En los últimos diez años el número de mujeres asesinadas ha aumentado de forma alarmante en ALyC, tanto que un informe publicado en 2012 de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de Estados Americanos (OEA), indica que en algunos casos extremos alcanza “niveles cercanos a los de una pandemia”. https://bit.ly/1Bmvlxm
En México el horizonte es similar, por ejemplo, en 2009 se registró un histórico de mil 858 asesinatos de mujeres, según el Instituto Nacional de las Mujeres. Asimismo, entre 2011 y 2012, un total de mil 258 niñas y mujeres fueron reportadas como desaparecidas en el Estado de México, de acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano de Feminicidios.
El caso de las desapariciones de mujeres jóvenes en el Edomex, continuó con la actual administración, pero ahora no solo se trata de “personas ausentes”, el mes pasado, el periódico inglés The Guardian publicó un reportaje en el que evidencia “la epidemia” de feminicidios en esta entidad y la omisión de las autoridades gubernamentales para resolver los casos. https://bit.ly/1DjtQmn
Pero también están las mujeres que aceptan participar en actividades menores y no violentas, relacionadas con las drogas, muchas de estas se encuentran actualmente recluidas en las cárceles de ALyC, puesto que conforman más del 60 por ciento de la población carcelaria femenina. Y las detenciones no paran, al contrario, se encuentran en aumento, entre 2004 y 2013 su crecimiento fue de 130 por ciento.
Los datos anteriores fueron revelados por el estudio “Sistemas sobrecargados: Leyes de drogas y cárceles en América Latina”, realizado por la Oficina de Washington sobre América Latina (WOLA), en el cual se advierte, que el peso de las leyes que prohíben las drogas recae en los individuos más vulnerables, lo cual provoca hacinamiento en las cárceles, sin que el tráfico de drogas cese su crecimiento. https://bit.ly/1LAFXOv
Históricamente en Latinoamérica como consecuencia de la migración hacia los Estados Unidos de América (EUA), las mujeres han sido el sostén de sus familias y comunidades. En situaciones de extrema pobreza, y sin mayores oportunidades laborales, cada vez un mayor número de mujeres han aceptado realizar tareas de distribución de drogas en pequeña escala para sobrevivir y sostener a los suyos. Sus tareas son de bajo nivel, pero de alto riesgo.
El encarcelamiento de estas mujeres, muchas de ellas responsables del cuidado de niños y adultos mayores, genera consecuencias devastadoras pero no solo para sus familias y comunidades, para la sociedad en general, así lo aseguran el Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC), la CIM y WOLA.
Estas organizaciones han convocado a un grupo de trabajo internacional, el cual estará conformado por funcionarios gubernamentales, abogados e investigadores sobre la mujer y las cuestiones de política de drogas, para avanzar en las políticas que protegen los derechos de este grupo vulnerable y acabar con la criminalización injusta de los delincuentes de drogas no violentos.
El proyecto también pretende dar a conocer y concientizar sobre cómo los más pobres, los miembros más vulnerables de la sociedad llevan la peor parte de las políticas de drogas. Esto mediante la difusión de experiencias reales de mujeres encarceladas por delitos relacionados con las drogas, mismas que pueden consultarse en el siguiente link. https://bit.ly/1LDLq7f
Hagamos lo posible por ofrecerles un mejor futuro a quienes por tener necesidades materiales en extremo optan por el camino equivocado complicando su vida, la de sus familias y la de la sociedad en su conjunto. Recordemos que son nuestro prójimo.
*Analista en temas de Seguridad, Educación y Justicia simon@inprincipioeratverbum.com.mx @simonvargasa facebook.com/simonvargasa Linkedin: simón-vargas-aguilar www.inprincipioeratverbum.com.mx *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n