No todo lo vegano es sano

24 de Abril de 2024

No todo lo vegano es sano

vegano

Algunos alimentos responden a un modelo productivo que no está muy lejos del fast food que todos conocemos

Estamos en una sociedad en la cual todo lo que está de moda se intenta explotar al máximo y en el tema de nutrición, la dieta vegana es un claro objetivo económico de la industria alimentaria. Por una parte, es comprensible que las empresas busquen negocio donde existe un mayor gusto por parte del consumidor y es cierto que los alimentos veganos tienen cada vez mayor demanda, pero ¿será que nos garantizan una alimentación saludable? Algunos alimentos veganos responden a un modelo productivo que no está muy lejos del fast food que todos conocemos, es decir, fácil de preparar y de consumir. Captura de pantalla 2018-06-20 a la(s) 21.35.24 Se trata de alimentos que, aunque lleven la etiqueta de “vegano”, son alimentos ultra procesados que, además de que no contener carne ni pescado, suelen estar formados por grasas (la mayoría de las veces de origen industrial o grasas saturadas), exceso de azúcar, sal o aditivos como conservantes. Son productos más baratos, además de insanos, que se venden como todo lo contrario. El problema, como siempre, viene cuando sustituimos estos alimentos por los alimentos básicos de nuestra alimentación mediterránea; ya que, de esta manera, damos lugar a un menú variado, pero poco saludable. Por ejemplo, personas que incluyen estos alimentos como sustitutos de verduras y frutas que los consideran por igual y que el resto de su alimentación sea muy desequilibrada. Captura de pantalla 2018-06-20 a la(s) 21.35.35 A partir del boom de este tipo de productos, se ha pasado de una dieta vegetariana nutritiva y saludable a una dieta que podemos considerarla poco nutritiva por la pérdida de muchos nutrientes en la elaboración de los productos e incluso, poco saludable por la incorporación de otros nada sanos. Por ello, es importante recordar que, para conseguir una dieta vegana al 100 por ciento, solo basta con introducir en la alimentación verduras, además de frutas frescas, cereales, semillas, legumbres y frutos secos, además de incorporar algún alimento procesado, de manera esporádica para variar el menú, pero evita todo alimento cocinado con exceso de grasas, azúcares o sal que provocan la pérdida de la calidad del producto y en consecuencia, lo hacen poco saludable.