El riesgo de la desestabilización

25 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

El riesgo de la desestabilización

maria idalia gomez

En la disyuntiva entre contener con medidas radicales la expansión del Covid-19 y con ello frenar desde hace una semana la economía, ganó al interior del gobierno federal la estrategia de mitigación.

A qué apuesta: hacer este virus lo menos peligroso posible apostando a la salud de una población predominantemente joven y adulta joven. Sólo que no se consideró un factor sustancial, cuál es la verdadera calidad de salud de los habitantes en México, que puedan resistir el embate del virus.

Las discusiones al interior del gobierno han planteado que desde una visión de Seguridad Nacional, la crisis económica podría ser peor, por el momento, que la propia enfermedad. Ante una parálisis económica no hay recursos para ofrecer alternativas a la población que podría padecer más la crisis, como aquellas que viven al día y que tienen un trabajo informal.

Hay otro requisito que no han podido implementar para que funcione la mitigación: un verdadero distanciamiento social, lo que permitiría reducir la tasa de transmisión hasta que se extinga.

El problema es el retraso en la medida de cierre de todos los espacios públicos y de convivencia. La política ha ganado, a pesar de los múltiples escenarios que se han discutido dentro del gabinete de Seguridad Nacional son graves.

La apuesta del Presidente es que el virus sea lo más inofensivo para la población y así el sistema de salud tenga la capacidad de atender los menores casos posibles. Pero en ninguno de las discusiones se presentó el estado de salud que tiene la población para resistir.

En los modelos de escenarios desarrollados por agencias de inteligencia de Europa se planteó que no tomar una decisión a tiempo, incluso por día, se estaba traduciendo, a corto plazo, en mayor costo de vidas humanas y mayores pérdidas económicas.

La estrategia de prevención era la adecuada y no se hizo. Debió monitorearse desde diciembre el problema y plantearse cuándo podría llegar a México, como llegó, al menos detectado, el 22 de febrero de este año.

Esto no se pudo hacer porque desde el gobierno de Vicente Fox se desarticularon las áreas estratégicas que permitían monitorear los casos en otros países que representaran una amenaza para México, y elaborar escenarios de riesgo, y medidas de atenuación o de solución.

Ni siquiera en el gobierno de Felipe Calderón se apostó a fortalecer estos espacios que permitieran atender estos apartados de la agenda de riesgos. Solamente la vecindad con Estados Unidos aumenta nuestras vulnerabilidades económicas, políticas y de salud.

Al mismo tiempo que el Covid-19 y la severísima crisis económica, enfrentamos otros problemas graves de forma paralela que agravarán las condiciones y a los que todavía no se está poniendo atención.

No se están distribuyendo de nueva cuenta y de manera adecuada y suficiente los fertilizantes en las zonas de cultivos, en donde ya de por sí se padece enormes carencias. Además en unos meses enfrentaremos condiciones de desabasto de agua en diferentes puntos del país, incluyendo la Ciudad de México.

Y por último, ante los peligrosos escenarios de violencia que ya existen en más de la mitad del territorio, provocada por grupos criminales con un importante poder de fuego y que los cuerpos de seguridad no logran frenar, la crisis económica representa una enorme oportunidad para ellos, no sólo para el lavado de dinero, sino para ampliar su control en regiones marginadas y abandonadas por el Estado.

Así, la crisis generada por la pandemia del coronavirus y el deterioro económico que se irá acrecentando, abren la puerta a condiciones críticas de violencia social y criminal.

La estrategia adoptada por el gobierno mexicano depende de la salud de la población y su resistencia, es por eso que es un tema de Seguridad Nacional. Si no funciona, se prevén escenarios preocupantes de desestabilización.