Quizá no le dicen la verdad

24 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

Quizá no le dicen la verdad

maria idalia gomez

En la recepción del primer acceso de esta zona cero se ven en el piso tres bolsas grandes a reventar, adentro hay lo que parecen batas azules y quizá sábanas blancas. Estorban al caminar, parece que alguien las dejó allí a propósito para que nadie dejara de verlas y se las llevaran. Pero nadie las mueve.

A unos pasos, uno puede asomarse al pasillo, en el que también predomina el piso blanco, y la mirada vuelve a toparse con bolsas y depósitos móviles con más batas y sábanas, todos voluminosos, desbordados. Si se entra a ese punto se encontrará con pacientes sospechosos de Covd-19, así que hay que tener todo el equipo de seguridad.

Se siente el desorden, el abandono y la fragilidad. En este hospital, el General 72 del IMSS, como en otros, lo que se ve no es una falta de atención por parte del personal de salud, es que simplemente no se dan abasto. Hay un médico líder por turno, lo mismo que un técnico radiólogo, cuando mucho tres o cuatro enfermeras y una o dos personas de sanidad, todo eso para atender a 20, 30 o 40 pacientes, en estado crítico, grave o menor, al menos en los hospitales del IMSS del Valle de México es coincidente.

Este tiradero refleja exactamente lo que viven y experimentan cada día los médicos, el personal de enfermería, los camilleros, los técnicos y equipo de sanidad. Desorden, carencias, limitaciones, frustración, enojo y miedo.

Lo que sucede es tan grave, que los pacientes están pidiendo sus egresos voluntarios, “se dan muchos”, me cuenta un médico que está asignado a zona cero. Simplemente se dan cuenta de la carga de trabajo, de la falta de insumos y experimentan una enorme sensación de soledad y abandono porque no pueden ver a su familia. La situación es brutal para los pacientes, se dan cuenta que la gente se muere a su alrededor. Los médicos no los detienen, pero si no existe prueba que confirme Covid-19, les advierten de todos los riesgos y piden que se aíslen en casa.

Parece reiterativo contar y contar estas historias, pero no lo es, hay que insistir en las condiciones que enfrenta el personal médico y lo que viven los pacientes, porque la información pareciera que no le llega completa al presidente Andrés Manuel López Obrador, ni siquiera a su subsecretario Hugo López-Gatell.

Una tarjeta elaborada por una oficina de inteligencia recomienda que se revise la actuación de los directores de hospitales de Covid-19, porque en muchos casos se han incapacitado sin razón, en resumen han dejado el barco naufragar, o administran los insumos sin planeación, generando situaciones de tensión entre el personal.

Al explicar las manifestaciones del personal de los diferentes centros médicos, en el análisis se recomienda que se verifique la información que se está entregando a las áreas de toma de decisiones del gobierno federal, porque los reportes que se tienen es que hay una deficiente distribución del equipo por una mala planeación.

Es cierto que la falta de inversión en el sistema de salud y su uso como caja chica de los políticos en turno, sobretodo priistas, pero también panistas, se dio en las últimas décadas, y deberá cargar con la responsabilidad el gobierno lopezobradorista de no haber acusado penalmente a nadie todavía o por lo menos señalar con pruebas a quienes crearon los boquetes financieros en IMSS, ISSSTE o Pemex.

Pero el escenario que se está viviendo ahora es también por una falta de planeación y organización, por la ausencia de liderazgos de esas instituciones, por eso debieron entrar en la operación las Fuerzas Armadas, porque son más confiables.

Mucho se dice que en el gabinete “nadie se atreve” a decirle o cuestionar a López Obrador. Quizá eso es lo que ocurra y no le dicen la realidad: que no entrenaron al personal, que no hay gasómetros, que no hay bombas de infusión, que hay ventiladores pero no todos sirven o lo hacen a medias, que el personal ni siquiera tienen áreas seguras para cambiarse, no tienen los medicamentos recomendados para aplicar, tampoco el equipo completo de protección (por lo menos la mitad que portan se lo ha comprado ellos).

No son los conservadores que atacan a un gobierno, no son campañas contra un personaje; es una realidad que escupe día con día, y que es mejor reconocer en su dimensión y gravedad para sumar esfuerzos de la sociedad. Es un buen tiempo para que los sistemas de inteligencia le muestren al Presidente lo que su equipo de salud no le ha dicho, algunos datos tienen ya las Fuerzas Armadas que han reportado a López Obrador, pero aún falta más.