El Ejército, en la primera línea

24 de Abril de 2024

Jose Luis Camacho
Jose Luis Camacho

El Ejército, en la primera línea

jose luis camacho

El surgimiento de un enemigo invisible pero poderoso nos ha puesto a todos contra las cuerdas, golpeándonos en la salud y en el bolsillo, sin saber a ciencia cierta hasta cuándo debemos resistir y estremeciéndonos frente a lo que ya sucede en territorio nacional.

Ya sea comerciantes, empresarios, profesores, constructores o servidores públicos, todos hemos modificado nuestras rutinas y ajustado en la medida de lo posible el contacto con los demás, mientras el gobierno federal idea todos los días un plan de respuesta a la contingencia sanitaria que ya está teniendo lugar en el sistema de salud público y privado, así como en los consultorios de las farmacias de la esquina.

Lo que sí es seguro es que dos instituciones baluarte de la valentía, el servicio y la honradez están al frente como siempre: el Ejército y la Marina-Armada de México.

Poniendo al servicio de la sociedad su infraestructura y capital humano sanitario, los militares de México están siendo un pilar fundamental en la respuesta del gobierno frente a este virus que tiene la fuerza de colapsar ambos pulmones en cuestión de horas y provocar la muerte en personas con problemas en el sistema inmunológico.

Qué frágiles e indefensos seguimos siendo los seres humanos y qué descuidados hemos sido con nuestros científicos, especialistas y equipo médico, quienes hoy a pesar de las insuficiencias presupuestales y maltrato gubernamental están tratando de salvar vidas.

Los soldados mexicanos frente a la emergencia se crecen y están listos para seguir sirviendo a quienes más necesitan de su ayuda: los contagiados en situación grave.

No es que las mujeres y los hombres del Ejército están substituyendo a los médicos y enfermeros civiles, sino que complementen esfuerzos, idean estrategias de respuesta, operan en lugares de emergencia y se facilita la atención de pacientes.

Estos difíciles momentos también nos hacen tomar consciencia, especialmente a los mexicanos, sobre los descuidos y excesos en los que comúnmente incurrimos como consumidores. Si la diabetes, obesidad e hipertensión no fueran parte de la vida diaria de millones de personas, quizá el temor y la incertidumbre serían menores, pero nuestro gran México se ha descuidado y hoy tenemos a gran parte de nuestra población con estos padecimientos.

Miles de médicos, enfermeros, enfermeras y personal sanitario están siendo llamados para responder a la crisis; miles de militares en retiro han acudido al llamado del General Luis Cresencio Sandoval y vuelto al servicio de la Patria.

El gobierno federal no puede perder tiempo y debe destinar los recursos públicos a la más elemental y urgente necesidad: salvar vidas.